La Bolsa española ha sufrido este jueves un sonoro retroceso al perder el Ibex un 5,94% y situarse por debajo de los 10.300 puntos. Se trata de la mayor bajada en una sesión desde inicios de noviembre de 2008 y hace que las pérdidas en lo que llevamos de 2010 se eleven al 14,22%. El dato de este jueves es aún más demoledor ya que el Ibex ha tenido el doble de pérdidas que el resto de Bolsas europeas. Estos números son fiel reflejo de la desconfianza de los inversores, acrecentada estos últimos días por los últimos datos del paro y por las críticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) a España asegurando que "la crisis es muy fuerte".En concreto, el Ibex cerró la jornada bursátil en 10.241,70 puntos reflejando como casi la totalidad de las empresas y los "grandes" valores vivieron una sesión de números rojos. Por ejemplo, el Banco Santander -que presentó sus resultados de 2009- bajó un 9,40% (su mayor descenso desde 2008), el BBVA un 7,54%, Telefónica un 3,44%, Repsol YPF un 3,55% e Iberdrola un 4,71%. La mayor caída fue la de Ferrovial (-11,34%).En el mercado contínuo las caídas fueron encabezadas por SOS, que retrocedió un 13%; Vueling (-10,27%) y Prisa (-10,19%). Sólo lograron cerrar en positivo las acciones de Mecalux, que subieron un 1,21%; Befesa (1%), General de Inversiones (0,61%), CAM (0,35%) y Miquel y Costa (0,28%).En el resto de Europa también ha habido retrocesos, pero no tan elevados como el desplome sufrido en el parqué español. Así, Milán ha bajado el 3,34%; Londres el 2,16%; Fráncfort el 2,45% y París, el 2,74%.Desconfianza"La crisis en España es muy fuerte y para remontarla hará falta un esfuerzo considerable". Es el mensaje que ha lanzado estos días el FMI, que ha 'ayudado' a que los inversores se hayan mostrado más desconfiados en sus movimientos en Bolsa. En ello también ha podido influir los recientes anuncios del Gobierno en relación al sistema de pensiones y las críticas lanzadas por el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, que ha considerado que España comparte con países como Grecia o Portugal problemas estructurales, como "una pérdida constante de competitividad".