El vicepresidente del Parlamento Europeo, Alejo Vidal-Quadras, instó hoy al PP a "comprometerse", antes de las elecciones generales de 2012, "a tender la mano al PSOE, tanto si obtiene mayoría absoluta como relativa, para sellar un pacto de Estado" con el fin de "revisar a fondo la Constitución y emprender un riguroso y amplio programa de reformas estructurales en las órdenes económico, social e institucional, con el fin de que la nación recupere la cohesión y de que la ofensiva disgregadora que la amenaza sea neutralizada con carácter definitivo".

Vidal-Quadras hizo estas declaraciones durante la conferencia que ofreció hoy en el Club de Encuentro Manuel Broseta, en la que dijo esperar que tras la "más que probable derrota" del PSOE en 2012, esta formación esté dirigida por un equipo con "cualidades que tantos socialistas hoy echan de menos en La Moncloa" y que resumió en "inteligencia, preparación, sensatez, patriotismo y ecuanimidad".

En concreto, lamentó que el 11-M llevó a La Moncloa a "la persona menos adecuada para hacer frente a lo que se venía encima", en referencia al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien calificó de "ignorante supino incluso de los rudimentos de la ciencia económica, sin experiencia de gobierno ni actividad precia útil alguna, ajeno a las relaciones internacionales, oportunista, cortoplacista, ecologista barato y pacifista pusilánime", al que "la gestión del crack financiero le rebasa a todas luces".

Para el vicepresidente del PE, el programa de control presupuestario, la ley de economía sostenible o el retraso gradual de la edad de jubilación son "braceos de náufrago y palos de ciego que revelan la ausencia de una visión completa", por lo que "la salida de la recesión requiere la desaparición de Zapatero de la escena política".

En su discurso, calificó la actual crisis de España como "múltiple" y la estructuró en económica, moral, institucional y de unidad nacional y apuntó, en referencia a esta última, que la planificación urbanística, la "fragmentación" de la Administración de Justicia o la "dispersión" de los currículos educativo son "ejemplos palmarios de que una gestión o supervisión centralizada e integrada es la opción idónea".

Por ello, consideró "indispensable que en las cúpulas de los dos grandes partidos nacionales se produzca un cambio conceptual en relación a los partidos nacionalistas y su papel en el sistema político", ya que "no pueden ser considerados normales del sistema y aliados ocasionales cuando las circunstancias lo requieren" puesto que, a su juicio, es "imposible gobernar una nación de la mano de aquellos cuya prioridad explícita es destruirla".

"España no saldrá de su crisis si en 2012 se produce una simple alternancia en el Gobierno", señaló el responsable político, que apostó por "corregir sin vacilaciones un camino profundamente equivocado" y auguró que en caso de que el PP llegase a un pacto con los nacionalistas que "implicase negarse a sí mismo aceptando la confederalización del Estado, experimentaría una convulsión cataclísmica a la que no sobreviviría".

En cuanto a lo que consideró la "crisis institucional", señaló que "muchos órganos esenciales del Estado están fallando" y se refirió, en concreto, a la "intolerable politización de la justicia", sobre lo que apuntó a la existencia de "fundadas sospechas de que decisiones judiciales muy relevantes obedecen a motivaciones espurias de carácter político o de interés personal".

Estatuto de cataluña

En este contexto se refirió también al Estatuto de Cataluña, que calificó de "monumento a la inconstitucionalidad y fuente contaminante de los otros seis reformados hasta ahora en su estela". Además, consideró que el retraso "insólito" del Tribunal Constitucional en la resolución de los recursos a esta norma no se debe a la "complejidad del tema en litigio, porque nadie ignora que es inconstitucional, sino a la contaminación política del supremo intérprete de la Constitución, más atento a lo que puede suceder más allá de sus paredes que a la aséptica aplicación del derecho".

Respecto al sistema de partidos, indicó que "han degenerado en maquinarias burocráticas" y lamentó el detrimento de "políticos profesionales" en pro de "profesionales de la política" que conciben su trabajo como "mera demoscopia, con los ojos puestos en la mera consecución, mantenimiento y disfrute del poder". Así, lamentó que "personas de reconocida valía se aparten de la primera línea política" por las "inconsistencias y contradicciones de los partidos".

"corrupción estructural"

En lo relacionado con la crisis moral, hizo hincapié en la corrupción y alertó de que "los casos se multiplican y dejan de ser una anomalía del sistema para convertirse en un elemento constitutivo del mismo". "El alud de delitos cometidos por cargos de distintos partidos empieza a rozar la línea roja que separa lo ocasional de lo estructural", apuntó Vidal-Quadras, quien expuso frente a ello la "débil reacción de la justicia" que calificó de "indignante".

En esta línea también se refirió a la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva y a la "reducción de la vida humana en gestación a un estorbo prescindible, con el apoyo de la mayoría de la sociedad", y discutió la "legitimidad del Gobierno para imponer a las familias un concepto de relación o una moral sexual concreta".

"modelo peligrosamente frágil"

Sobre la crisis moral, calificó el modelo de crecimiento de la época del ex presidente José María Aznar como "llamativamente exuberante, pero peligrosamente frágil", debido, entre otras cosas, al peso de la construcción, el predominio de los servicios frente a la industria o las bajas cualificaciones del capital humano, que "podían pasar una onerosa factura". Aseguró que se preveía "completar en la tercera legislatura", aunque lamentó que, no obstante, el "quiebro en los acontecimientos" del 11-M llevó a La Moncloa a "la persona menos adecuada para hacer frente a lo que se venía encima".