Una anciana con alzheimer indemnizará con 2.000? a un conductor que se accidentó al esquivarla en la A-3

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una mujer, de 87 años, a pagar una multa de 2.053 euros a un conductor que sufrió un accidente con su vehículo al esquivarla en la A-3. La mujer sufría alzheimer y salió de su casa de madrugada, en batín y zapatillas, totalmente desorientada, hasta que acabó en la autovía.

De esta manera, la sala ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por el conductor afectado contra la sentencia dictada por el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Quart de Poblet (Valencia y ha confirmado el pago de una indemnización de 2.053,66 euros para él, y de otros 84,78 euros para su acompañante.

El incidente tuvo lugar en la madrugada del día 8 de noviembre de 2008, cuando la mujer, vecina de Quart, se levantó de la cama y, en batín y zapatillas, abrió un pestillo de seguridad de su vivienda, donde vivía con su hijo, y se fue, deambulando y absolutamente desorientada.

Sobre las 3.50 horas, la mujer trató de cruzar la A-3 y se quedó paralizada en medio del primer carril. Un vehículo que circulaba por allí consiguió esquivarla mediante una brusca maniobra, al igual que el que le seguía, aunque este último, para lograrlo, dio un fuerte volantazo, perdió el control y se golpeó bruscamente contra la barrera de protección.

Como consecuencia del accidente, el hombre sufrió una cervicodorsalgia traumática, de la que tardó tres días en sanar, mientras que su acompañante se hirió en la cara y padeció un esguince cervical, de lo que tardó en curarse 30 días —15 de ellos impeditivos para sus ocupaciones habituales—.

Tras ello, el juez condenó a la mujer a pagar una indemnización a la víctima, y ésta presentó un recurso de apelación en base a una infracción del deber de custodia y vigilancia de su hijo, quien "podía suponer peligrosidad". Sin embargo, la Audiencia, después de estudiarlo, lo ha desestimado al considerar, entre otros asuntos, que en el momento de los hechos la anciana "no se hallaba perfectamente diagnosticada", y tampoco existían episodios similares previos.

De hecho, la mujer solía dormir toda la noche, por lo que no era previsible que se marchara del domicilio y deambulase sin direccionalidad. Esta ausencia de previsibilidad es precisamente, según el tribunal, la que "hace imposible adoptar drásticas medidas de precaución al hijo de la mujer. Así, no aprecia culpa o negligencia.

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