Las asociaciones de transportistas Tradime y la Federación del Transporte vincularon los ataques a camiones registrados en municipios de la provincia de Lugo a la crisis que vive el sector y pidieron a la Xunta de Galicia y al Gobierno central que intervengan.

Ayer domingo cinco vehículos de tres empresas aparecieron con las ruedas pinchadas en los municipios lucenses de Baralla y Becerreá y la pasada semana fueron quemados dos camiones en la ciudad de Lugo.

El presidente de Tradime, Alfonso Parga, estimó hoy que en Galicia "se van a perder entre los años 2007 y 2010 entre 9.000 y 10.000 puestos de trabajo", que atribuyó a una caída de la actividad, que fijó entre un 30 y un 40 por ciento.

No obstante, sostuvo que "la solución no es ni pincharlos, ni quemarlos". "Así lo único que se crea es una guerra interna entre unos y otros sin salida, que puede acabar peor", advirtió.

Parga exigió que la Subdelegación del Gobierno y la Xunta de Galicia "tomen cartas en el asunto" para frenar este flujo de sabotajes a camiones en Lugo.

"intervención más decidida"

Manuel Núñez, de la Federación del Transporte, relacionó también los ataques a "que el sector está en la ruina", por lo que demandó la intervención del Gobierno para que "tome medidas".

"Esto es consecuencia del desastre en que vive el sector, en la miseria en la que está sumido y en la desaparición de muchos puestos de trabajo", lamentó.

Tras pedir una "intervención más decidida" de la Policía de Lugo ante estas agresiones, volvió a reivindicar la intervención del Gobierno central "para sanear" el sector y "evitar los grandes abusos que se cometen". Alertó también de que esto puede llegar a "más" y a "una batalla campal". "No se sabe hasta donde se puede llegar", concluyó.