En un mensaje con motivo de la celebración mañana de la jornada de la Infancia Misionera, el prelado señala: "si siempre me ha gustado estar al lado de los niños, os aseguro que mucho más ahora", con motivo de la jornada que este año tiene un "lema muy especial", 'Con los niños de África encontramos a Jesús'.

"Vosotros sois los que más podéis hacer por la reconciliación la justicia y la paz, os lo aseguro, porque el Señor así lo creyó", añade el arzobispo, quien destaca en su mensaje que "en los niños de África hemos de ver a todos los niños que sufren en cualquier lugar del mundo, víctimas de todo tipo de catástrofes".

Los niños africanos "están viviendo la crisis mundial de la manera más cruel y por eso nuestra generosidad tiene que ser total", señala.

De igual manera, apunta que la justicia de los hombres "sabemos a donde nos lleva", con "250.000 niños que mueren de hambre todas las semanas y más de 300.000 menores enrolados como niños soldado en diversas guerras del mundo" y "más de 300 millones de niños que trabajan como esclavos y 1.000 millones de niños que no han oído hablar de Jesucristo".

Monseñor Osoro defiende que, sin embargo, la justicia de Dios "nos lleva a dar la vida por el otro, a que estas realidades que constatamos sean eliminadas de la tierra, porque el Señor nos toca de tal manera que cambia nuestro corazón egoísta y hace posible que tengamos un corazón como el de Él".

En su mensaje, invita a los niños a que dediquen "un tiempo de oración para estar con ellos" y, además, les pide, que después le escriban una carta en la que relaten lo que puede hacer cada uno por ellos en este momento. "Seguro que tienes cosas que contar. Mándame esa carta. Vivo en la calle Palau, número 2, de Valencia (46003)".

El arzobispo concluye su mensaje invitándoles a orar "por la Infancia misionera" y asegura que "no es una cuestión pequeña, sino un claro mandato del Señor, que nunca debemos olvidar", al tiempo que recuerda la frase de Jesús: 'dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él'.