La Asociación RIA finaliza la primera fase de restauración ambiental de la marisma de Micedo

Subvencionada por la Consejería de Medio Ambiente con 188.000 euros

La Asociación RIA ha finalizado la primera fase de restauración ambiental de la marisma de Micedo. El proyecto, promovido por esta agrupación y subvencionado por la Consejería de Medio Ambiente con 188.000 euros, se ha desarrollado con la autorización de la Demarcación de Costas de Cantabria y el acuerdo de las Consejería de Biodiversidad y Ordenación del Territorio, y ha contado además con la colaboración del Ayuntamiento de Camargo, las Juntas Vecinales de Revilla y Muriedas, la Fundación Obra Pía Juan de Herrera y los vecinos propietarios de parcelas dentro del ámbito de actuación y colindantes.

Localizada en la cabecera de la ría del Carmen y Boo, la marisma de Micedo es uno de los últimos vestigios de las casi desaparecidas áreas marismeñas de la bahía de Santander. Un espacio estratégico donde las aguas saladas que ascienden con las pleamares, confluyen con las aguas dulces de los arroyos Bolado y Collado, principales cursos fluviales del Valle de Camargo, explicó RIA en un comunicado.

Las obras se han desarrollado sobre una superficie de siete hectáreas con el objetivo de mejorar la calidad ambiental de la marisma mediante tres líneas de actuación: la retirada de rellenos para incrementar la superficie inundable y restaurar las dinámicas hidráulicas naturales, la limpieza de residuos sólidos urbanos y el control de las poblaciones de vegetación invasora, y la recuperación de las comunidades de vegetación autóctona propias de la marisma y ribera asociada.

Así, se han retirado 2.600 metros cúbicos del dique construido ilegalmente en 2006, que fragmentaba la marisma en dos, restableciendo la función original del humedal como espacio de confluencia de los arroyos Bolado y Collado y generando al mismo tiempo la ampliación de la superficie inundable en 2.000 m2, lo que supone además un incremento de la capacidad de recepción de avenidas del humedal.

Se han retirado manualmente y gestionado a vertedero unos 3.000 kilogramos de residuos entre escombros, neumáticos, electrodomésticos, muebles, envases y toda clase de basuras acumuladas durante décadas.

Asimismo se han eliminado las poblaciones de vegetación invasora existentes en el ámbito de actuación empleando técnicas ecológicas. Para ello se han combinando los trabajos manuales con los medios mecánicos, consiguiendo la eliminación de 9.000 m2 de plumero, 7.200 m2 de chilca y unos 600 m2 de bambú japonés, bambú gigante y fallopia japónica. En las zonas invadidas por estas plantas exóticas se impide el crecimiento de otras especies, con lo que su control redunda en beneficio del hábitat autóctono, potenciando el incremento de la biodiversidad.

Por último se ha procedido con la restauración de comunidades de vegetación autóctona, tanto herbáceas, como palustres, arbóreas y arbustivas. En total se ha regenerado una superficie de 14.500 m2 de comunidades herbáceas ruderales, 6.300 m2 de carrizal y espadañal en la zona inundable, y se han plantado alrededor de 2.000 árboles para recuperar el bosque de ribera autóctono. Todos los especímenes empleados en la restauración proceden de la propia marisma y entorno.

Para ello se viene trabajando desde 2008 con la colaboración del alumnado de los institutos Ría del Carmen y Valle de Camargo y de vecinos voluntarios, con los que se ha creado de un banco de semilla, esquejes y plantones generado a partir de las poblaciones locales de carrizal, espadañal, pradera de carex riparia, sauceda y setos de avellano, fresno, laurel, encina y roble.

En febrero tendrá lugar la presentación pública de los resultados de esta primera fase de restauración, del diagnóstico ambiental realizado y del espacio web sobre la marisma, que incluye un visor del Sistema de Información Geográfica creado por RIA para integrar y poner a disposición de toda la ciudadanía la información generada.

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