Johnny Cash, el último suspiro del inolvidable hombre de negro

  • Coincidiendo con el que hubiera sido su 78 cumpleaños, el próximo 26 de febrero llega a las tiendas American VI: Ain't No Grave.
  • Se trata de la última colección de canciones producidas por Rick Rubin.
  • Incluirá los temas inéditos First Corinthians y Aloha.
Fotografía de archivo de Johnny Cash.
Fotografía de archivo de Johnny Cash.
Fotografía de archivo de Johnny Cash.

"Visto de negro por el pobre y por el derrotado, por el que vive en la desesperación. Por el prisionero que ya ha pagado por su crimen, pero sigue ahí por ser una víctima de los tiempos2 (Man in black).

Simpatizante de los más desfavorecidos, icono intergeneracional y creador incansable. Genio y figura. Es posible que no le hiciera falta explicar el porqué de su indumentaria, pero Johnny Cash tenía respuestas para casi todo. Y siempre en forma de contundentes canciones.

La vida y carrera de John Ray Cash (1932-2003) es un intenso carrusel de sensaciones. Una emocionante obra de teatro dividida en tres actos claramente diferenciados: ascenso al estrellato, bajada a los infiernos y resurrección espiritual y creativa. Tras ella, cierre del telón y aplausos ensordecedores. Pero no de un público concreto, ese compuesto por los seguidores del country o el rock and roll, sino de todos los amantes de la música, aquellos que han sabido reconocer en su figura a uno de los grandes iconos de la cultura popular del siglo xx.

Coincidiendo con el que hubiera sido su 78 cumpleaños, el próximo 26 de febrero llega a las tiendas American VI: Ain't No Grave, la última entrega de la serie de sesiones producidas por Rick Rubin. Una colección de canciones que incluirá, entre otras, versiones de Bob Dylan, Kris Kristofferson o Sheryl Crow, además de las inéditas First Corinthians y Aloha.

De la nada al todo

Rebelde, inconformista y dueño de una voz profunda e inimitable, Johnny Cash se convirtió en una estrella del country durante los años 50 y 60. Aquel sencillo vendedor de electrodomésticos había aprendido a tocar la guitarra durante su servicio militar, que le había llevado destinado a Landsberg, Alemania. De vuelta a casa y convencido de su talento, visitó los estudios Sun de Memphis (hogar de las primeras grabaciones de Elvis, Carl Perkins o Jerry Lee Lewis) para conseguir un contrato discográfico. El resto es historia: casi medio siglo de prolífica carrera, 90 millones de copias vendidas de sus 80 discos y un legado absolutamente incomparable.

Sun Records, Columbia y Mercury fueron los sellos encargados de difundir la obra de Johnny Cash. En los dos primeros disfrutó del éxito a nivel planetario, en el tercero sufrió el olvido por parte del público y la propia discográfica. Cuando parecía que sus años dorados habían tocado a su fin, el productor Rick Rubin se cruzó en su camino para relanzar su carrera.

Dueño del sello de rap y rock American Recordings, Rubin ofreció a Cash un contrato para publicar varios álbumes bajo el paraguas de su discográfica. Cash aceptó el reto: acompañado exclusivamente por su guitarra, el primero de aquellos discos marcaría la pauta: austero, sobrio, cercano, desnudo. Grabado en el salón de la casa de Rubin, fue un arrollador éxito de crítica y público, y volvió a situar a Cash en boca del público de todas las edades. Comenzaba una nueva etapa para el hombre de negro, al tiempo que los viejos tiempos, los buenos y los malos, parecían esfumarse para siempre.

Dios, amor y anfetaminas

El éxito tiene, a menudo, un reverso siniestro. En el caso de Johnny Cash, éste tuvo forma de anfetaminas. Consumidor ávido -en principio para mantenerse activo durante los conciertos-, la droga se convirtió en un auténtico problema para el músico, precisamente durante los años en los que su carrera marchaba viento en popa.

A principios de los sesenta, la adicción de Cash al alcohol y las anfetaminas tocó fondo. El matrimonio con su primera mujer, Vivian Liberto, se desmoronó, y la espiral de perdición parecía conducirle al abismo. Pero su reconciliación con el mundo estaba a punto de llegar a través de los que iban a convertirse en los dos grandes pilares de su vida a partir de entonces. Por un lado, se reencontró con el cristianismo, del que sería fiel devoto hasta el final de sus días. Por otro, se enamoró de la cantante June Carter, con la que compartía giras, quien se convertiría en su segunda y definitiva mujer. Su unión fue, más que sólida, inquebrantable. Tanto que, al morir Carter, Cash apenas sobrevivió cuatro meses más. Ambos fallecieron a los 71 años y están enterrados juntos en Hendersonville, Tennessee.

Un momento clave

Live at St. Quentin: cantando con los presos. La compasión que Cash sentía por los reclusos le llevó a dar varios conciertos en cárceles. El más famoso fue en la de San Quentin, la más violenta de EE UU, donde los presos le jalearon cuando cantó San Quentin, compuesta para la ocasión. Co líneas como «San Quentin, odio cada uno de tus rincones», la situación alcanzó momentos de gran tensión con los guardias.

De tal palo, tal astilla

Rossane Cash nació cuando su padre grababa sus primeras canciones para Sun Records, fruto de la relación del músico con Vivian, su primera mujer. Siguiendo sus pasos, decidió dedicarse a la música. Ahora publica The list, un disco en el que recrea los clásicos del country que le enseñó su padre y en el que han colaborado Bruce Springsteen, Elvis Costello, Rufus Wainwright y Jeff Tweedy (Wilco).

Una peli

En la cuerda floja. Joaquin Phoenix fue el encargado, en 2005, de dar vida en la gran pantalla a Cash, en una cinta centrada en su juventud, su apasionado romance con June Carter (papel por el que Reese Witherspoon obtuvo un Oscar) y su fulgurante ascenso al estrellato del country. Una historia de amor con la música como hilo conductor. 20th. Century Fox. 8,95 euros.

Un disco

American IV. The man comes around. Más sombrío que sus predecesores, como consecuencia del deterioro físico de Cash, la cuarta referencia para el sello de Rick Rubin incluye algunas de sus interpretaciones más dolientes. Entre ellas destaca la desgarradora versión de Hurt, original de Nine Inch Nails, que Cash hizo suya hasta el punto de que su autor, Trent Reznor, asegura que después de escucharla no ha vuelto a oír la original. American Recordings. 7 euros.

Un libro

Cash. La autobiografía. Nadie mejor que el propio Johnny Cash para narrar una vida tan intrincada como la suya. Ayudado por el escritor Patrick Carr, el músico bucea en sus memorias para desvelar todas sus caras, desde la espiritual a la creativa, en una obra plagada de anécdotas de obligada lectura para todos los amantes de su música. Global Rhythm. 23,90 euros.

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