Llevan tres meses de acampada porque su empresa les debe siete nóminas

  • Los 59 trabajadores de la empresa Aire y Ventilación SL, de Pinto, llevan tres meses acampados a las puerta de la compañía.
  • Según los trabajadores, la empresa "cerró sus puertas" y dio "vacaciones indefinidas" a los empleados a pesar de que tenía dinero.

Los 59 trabajadores de la empresa Aire y Ventilación SL, erradicada en Pinto, cumplen tres meses de la instalación de su campamento frente a la compañía, en la calle Albatros, después de que la empresa cerrase sus puertas y adeude a los empleados un total de siete nóminas, según informó un portavoz del colectivo, que prefiere mantener el anonimato.

Según los trabajadores, la empresa "cerró sus puertas" y dio "vacaciones indefinidas" a los empleados a pesar de que, en el momento del cierre, contabilizaba 2,8 millones de euros en pedidos. "Había producción y dinero para facturar", manifestaron los trabajadores, que el día 10 de marzo asistirán al juicio en el juzgado número 27 de lo Mercantil y Laboral de Madrid para resolver este contencioso.

En este sentido, los empleados permanecen durante todo el día a las puertas de la factoría esperando una reacción de la Dirección de Aire y Ventilación. "Nuestras reivindicaciones pasan por iniciar una negociación para alcanzar una indemnización", apuntaron los afectados.

"Situación angustiosa"

Tras siete meses sin percibir sus salarios, los trabajadores lamentaron la "situación tan angustiosa" que están atravesando y recordaron que están subsistiendo por la ayuda de los familiares, los ahorros o la venta de patrimonio.

Por otro lado, aseguraron que nadie del Gobierno local (PSOE, IU y Juntos por Pinto) se ha ofrecido a ayudarles, a pesar de que, según apuntan, el alcalde, Juan José Martín (PSOE), fue empleado de la compañía.

Más allá de eso, el Movimiento de Izquierda Alternativa (MIA) denunció que el Ayuntamiento pinteño se negó a convocar la Mesa sectorial de Empleo para mediar en este contencioso. Fuentes municipales explicaron que el rechazo reside en el hecho de que, según los sindicatos, "las negociaciones discurren en un ámbito interno" y que "actuaciones de otros pueden interferir negativamente".

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