Más vale prevenir que apagar

Para dormir tranquilo, sin temor a sufrir incendios domésticos, no hay nada como un buen seguro y cumplir las recomendaciones
En España no es obligatorio asegurar la vivienda, a menos que así lo exija el banco para conceder un crédito hipotecario, por lo que según datos de Unespa –la patronal de los seguros– apenas el 63% de los domicilios están asegurados. En muchos casos lo están sólo por el continente, que no por el contenido. No obstante, resulta algo muy aconsejable según distintas asociaciones de consumidores.

Es el propietario de la vivienda el que asegura el contenido por la cantidad que le parece oportuna. Si decide que el valor de mobiliario y objetos es de 18.000 euros, tendrá que pagar unos 90 ó 120 euros (aproximadamente de 30 a 40 euros por cada 6.000). Según Unespa,  «la gente tiende a infravalorarlo para pagar menos y el día que les roben o tengan un incendio, les tocará llorar».

Precauciones

No obstante, por mucho seguro contra incendios que uno tenga, nunca está de más seguir una serie de recomendaciones para evitar males mayores. Todos tenemos objetos en casa que no tienen precio.

–El tabaco. No fume tumbado en la cama o en el sofá y compruebe que todas las colillas están bien apagadas antes de vaciar los ceniceros.

–La cocina. En esta estancia se inician la mayoría de los incendios domésticos. Mucho cuidado con lo que coloque en los estantes encima del horno y de la placa. No deje nada al fuego si no está presente. Dejar al niño como vigilante es siempre una mala idea. Si prende el aceite de una sartén, apague la campana, tápela con un paño húmedo o una tapadera y nunca eche agua.

–Los niños. Otro gran peligro incendiario. Nunca tenga cerillas, mecheros o productos químicos al alcance de los pequeños.

–La decoración. Cada vez está más de moda emplear velas y quemadores como elementos decorativos o para perfumar el ambiente. Nunca los deje encendidos sin vigilancia y no los coloque al lado de objetos inflamables.

–La electricidad. No sobrecargue enchufes, no emplee alargadores si no es imprescindible y contrate más voltaje si los automáticos saltan a menudo. No sitúe calefactores eléctricos cerca de material combustible ni los emplee para secar ropa.

Nunca apague un fuego eléctrico con agua.

Detectores de humo

Presentes en prácticamente todos los hogares estadounidenses, en España es difícil ver estos aparatos. Si opta por instalarlos, sepa que debe tener uno por cada piso de la vivienda. Y no basta con ponerlos y olvidarse de ellos; al menos una vez al año hay que comprobar que funcionan y conviene probar la batería cada mes. Respete las indicaciones del fabricante y sustitúyalo cuando sea necesario (normalmente cada década). Por último, a la hora de comprarlo observe que aparecen las siglas UL, que indican que ha sido sometido a las pruebas de calidad pertinentes.

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