El portavoz del Ministerio de Justicia holandés, Martin Bruinsma, explicó a Efe que una de las investigaciones será dirigida por el Ministerio Fiscal, mientras que la otra, que tiene carácter independiente, ha sido encargada por el ayuntamiento de Harlemermeer, localidad a la que pertenece el distrito de Schiphol.
Las víctimas mortales son inmigrantes en situación ilegal que permanecían en prisión a la espera de ser repatriados a sus países de origen, confirmó el portavoz del Ministerio de Justicia holandés, Martin Bruinsma.
Hasta el momento las autoridades holandesas no han facilitado información sobre la nacionalidad de los fallecidos, ya que prevén que la identificación de los cadáveres será un "proceso largo", según el portavoz.
La policía del aeropuerto de Schiphol, que se encargó de actuar y organizar los primeros auxilios, indicó que el fuego, que se inició pasada la medianoche de ayer, miércoles, "se propagó con rapidez", según un portavoz de ese cuerpo policial. El incendio quedó sofocado a las 3.00.
En el ala en la que surgieron las llamas había 43 presos, pero en la totalidad del complejo, que cuenta con una capacidad para 400, había 350 detenidos.
Doble investigación
El teniente de alcalde de Harlemermeer, Michail Bezuijen, dijo en rueda de prensa que su corporación municipal abrirá una investigación orientada no sólo a esclarecer cómo surgió el fuego, sino a analizar aspectos como la concesión de la licencia de obras para la penitenciaría, los materiales utilizados y las condiciones de seguridad. También investigará el hecho el Ministerio Fiscal.
El Ministerio de Justicia mantiene que se actuó con rapidez, si bien reconoció que las celdas tuvieron que ser abiertas manualmente una por una, ya que el complejo carece de un sistema que permita la apertura automática y simultánea de todas.
La penitenciaría, que se encuentra en las inmediaciones del aeropuerto de Schiphol (el más importante de Holanda) se amplió en el verano de 2003. La cárcel de Schiphol se destinó a la acogida de delincuentes como traficantes de drogas, ilegales a los que se les niega la entrada en el país nada más aterrizar en el aeropuerto e inmigrantes sin papeles a los que se ha ordenado su repatriación.
En el caso de los traficantes de drogas, se trata fundamentalmente de los llamados mulas, que transportan bolas de droga, generalmente cocaína, en sus estómagos.
No es el primer caso
No es la primera vez que se declara un incendio en el centro de reclusión, ya que poco antes de su apertura un sobrecalentamiento del sistema de calefacción eléctrica provocó las llamas, si bien en esa ocasión de escasas proporciones.
Además, en el curso de 2003 un prisionero se inmoló en su celda y los bomberos reclamaron que el complejo mejorara sus condiciones de seguridad, según apunta en su versión digital el periódico holandés De Telegraaf.
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