De pequeño tuve un profesor que venía a la Seminci y después nos contaba las películas y nos daba lecciones de cine. Me educó la mirada. Decía que era el mejor festival del mundo.

¿Se pide vacaciones sólo para venir al festival?

Para mí, Valladolid es como un balneario, es la cura anual de buen cine. Las tertulias de después con otra gente que ve el cine de la misma manera que lo veo yo es dejar el onanismo cinéfilo para compartir.

¿Su mejor recuerdo?

July Christy, estuve a un metro de ella, sólo mirándola, no me lo podía creer.

¿ Y algún chasco?

Curiosamente éste, el año del aniversario. No han anunciado cuando se podían comprar los abonos, hay cambios de última hora, coinciden horarios. Está siendo decepcionante.

¿Son los cinéfilos muy exigentes?

No, es que hay fallos gordos, como traer películas que se pueden conseguir fácilmente en vídeo y repetirlas hasta en cuatro sesiones, mientras que films a los que es dificilísimo acceder, los pasan una vez y a las 4 de la tarde.

¿Un poco raritos son, o no?

Hay muchos tipos de cinéfilos, pero lo que a veces molesta es que se aplaudan películas muy comerciales que ves en cartelera y no se aplaudan otras películas mucho más exquisitas por falta de costumbre de ver cine.

Le veo cabreado.

Otro año con este desbarajuste de películas y horarios y dejo de venir.

¿No le dicen que está loco por su fidelidad al festival?

Mi padre sí, pero los amigos no, han pasado de la burla al respeto.

Bio

Madrileño de 52 años, psicólogo, licenciado en Ciencias de la Información y en Derecho, viene desde hace 24 años a la Seminci.