Un sector asociado de vecinos de varios enclaves del casco histórico de Sevilla solicitarán la próxima semana una entrevista con la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, con el objetivo de definir el futuro de la atención sanitaria en la zona, después de que se prorrogara el cierre del centro de salud de Marqués de Paradas al conseguir ampliar el alquiler del inmueble hasta finales de 2010.

La portavoz de estos vecinos y presidenta de la asociación de vecinos 'Estación de Córdoba' del entorno de Plaza de Armas, Dolores Dávila, expuso a Europa Press que la pretensión vecinal de retomar las conversaciones se encuadra dentro del compromiso adquirido por Salud de continuar la negociación a principios de este año.

"Queremos una ubicación definitiva porque lo conseguido es pan para hoy y hambre para mañana", defendió Dávila, que subrayó la solicitud de los residentes de que la atención sanitaria, sea en el centro de salud actual o en otro que se habilite, "debe ser en nuestro entorno".

Por ello, los vecinos apuestan por habilitar las instalaciones del mercado del Arenal o de un edificio cercano, rechazando otras opciones como unas dependencias en la calle Gravina o ubicar la atención a estos usuarios en el centro de salud de Santa María de Gracia o de San Luis, pues "todos estos sitios adolecen de lo mismo, es decir, muy poco espacio para el acceso, entradas y acerados estrechos y colapso de personas".

Anteriormente, estos colectivos remitieron escritos a Montero y a su homólogo provincial en Sevilla, Francisco Javier Cuberta, así como al director del Distrito Sanitario Sevilla, José Manuel Galiana, a los que solicitaron que se tengan en cuenta las instalaciones del mercado de cara a la futura reorganización.

En el escrito, al que tuvo acceso Europa Press, los vecinos exponen que el centro de La Campana, al que se remitiría una parte de los afectados por el cierre del centro de salud de Marqués de Paradas, "no reúne las condiciones de seguridad establecidas para un centro de salud, mucho menos recargado de pacientes".

A su juicio, el edificio está enclavado, además, en un sitio "engorroso, en pleno centro de la ciudad, a veces imposible no sólo de llegar en coche, sino de aparcarlo o hacer parada delante del edificio".

Los residentes adjuntan pruebas gráficas en los que se constata que la entrada principal es también la salida, con una cancela interior de 90 centímetros de anchura, y la puerta de entrada de 1,40, "con una salida de emergencias en la que es necesario recorren 30 metros de oscuridad, donde están depositados los contenedores de basuras, con puertas de salida de 90 centímetros".