Según anunciaron, esta asociación que "entregó las llaves del albergue el día 31 de diciembre a las 11.30, se llevó materiales que eran propiedad del ayuntamiento y además rompió el sistema de calefacción que había".

Según Varea, las condiciones en que "nos encontramos el albergue no era la adecuada ni la de un albergue que recibía al año una subvención del Ayuntamiento de 20.000 euros y unos ingresos declarados de 100.00 euros".

La mayoría de las paredes presentaban humedades y los cuadros y placas habían sido arrancados, dejando en algunos lugares agujeros en la pared.

Por otro lado, el Ayuntamiento reclamó "tres bancos, dos mesas de trabajo, 6 butacas de trabajo, 2 muebles estantería, una papelera, 36 sillas apilables, un frigorífico, 14 módulos de mesilla, 13 colchones, 13 almohadas, 13 soportes aislantes del suelo, 13 cubrecamas, 20 perchas, 4 dosificadores de gel, 4 secadores de papel, un teléfono público, un teléfono de sobremesa".

Varea indicó además, que el número de teléfono que tenía el albergue "lo han trasladado al nuevo local que la Asociación ha comprado en esta misma calle, no sabemos exactamente con qué dinero".

Según Urquía, "llevarse propiedad municipal y deteriorar el albergue tiene nombre de delito y no dudamos en ir a los tribunales a por todas".

Con esta actuación de la directiva de la Asociación, "no de la gente de la asociación que nos consta que hay gente de buena fe", señaló Urquía, se demuestra que "no tienen cariño a los peregrinos".

Además, indicó que "su presidenta ha demostrado que es más importante el odio al Ayuntamiento que pensar en el fin para el que estaba hecho, el servicio a los peregrinos".

Por su parte, Varea indicó que las reformas necesarias para "adecentar el albergue tendrán un coste de 30.000 o 40.000 euros" y que piensan pedirlo todo a los responsables.

Indicó además, que para mediados de febrero el albergue "estará abierto" y que "ningún peregrino se ha quedado hasta ahora en la calle", porque, continuó "hemos llegado a un convenio con el albergue 'Puerta del Revellín', por el que todos los peregrinos que llegan a Logroño, unos 8 al día, son mandados allí".