El Estado deberá indemnizar con 1.070 euros a un interno de la antigua Prisión Provincial de Santander que fue agredido por otro preso con una pala de frontón cuando se encontraban en el patio de preventivos.

Así se acuerda en una sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria que revisa así el fallo dictado en el mes de septiembre por el Juzgado de lo Penal número 4 de Santander.

La sentencia de instancia condenó al agresor a un año y once meses de cárcel y al pago de la indemnización, pero ahora, tras el recurso, la Audiencia concluye que la indemnización debe asumirla el Gobierno.

Según se explica en esta nueva sentencia, dictada el pasado 14 de diciembre y que es firme, los hechos ocurrieron en noviembre del año 2007 cuando el agresor, N.G.C., se encontraba preso en el Centro Penitenciario de Santander.

Allí, utilizando una de las palas que utilizan los internos para jugar al frontón y que había guardado en su mochila, agredió por la espalda a otro preso al que cogió desprevenido mientras tomaba un café y al que golpeó de forma reiterada.

Debido a la agresión, el otro interno sufrió varias contusiones y heridas, necesitó puntos y le han quedado varias cicatrices. El Juzgado de lo Penal número 4 de Santander condenó a N.G.C. a un año y once meses de prisión por un delito de lesiones, con la agravante de reincidencia, y le impuso además la obligación de indemnizar con 10.070 euros al agredido.

Recurrió la fiscalía

La sentencia fue recurrida por la Fiscalía ya que, a su entender, la indemnización no debería abonarla el preso sino el Estado, como responsable de velar por la seguridad de los internos.

El abogado del Estado, en cambio, alegaba que no se produjo "infracción" alguna de las normas de policía por parte de los funcionarios de la Provincial que, a su juicio, "aplicaron las medidas de vigilancia ordinarias y adecuadas para preservar la integridad de los internos".

Sin embargo, la Audiencia da la razón a la Fiscalía porque, según dice, los funcionarios siguen un control sobre las palas de frontón y los internos sólo pueden tenerlas durante el juego.

En cambio, en este caso el juego había terminado y nadie pidió al agresor que devolviera la pala. Así, destaca que una vez terminado el juego, el interno "olvidó devolver la pala" y "ninguna persona del centro penitenciario le solicitó su entrega".

Según dice, no se realizó la función de control con la "debida diligencia" y, de no ser por esa "infracción de cuidado, no se hubiera consumado" la agresión. En consecuencia, declara a la administración responsable de indemnizar al agredido, y ratifica la condena de cárcel para el agresor.