En un comunicado recogido por Europa Press, Avadeco consideró que el gasto de 90 euros en ropa y de 200 en conjunto sería un "objetivo deseable" para un comercio "que necesita imperiosamente hacer caja" a fin de poder afrontar los pagos de la nueva temporada.

"Las expectativas para la temporada de rebajas de invierno no son buenas para el comercio y los comerciantes, después de una temporada difícil donde se ha vendido menos que el año anterior, se muestran pesimistas ante la nueva campaña de rebajas", destacaron las mismas fuentes antes de señalar que el consumidor será el "gran beneficiado" de las próximas rebajas con "descuentos de escándalo" que, en algunos casos, "pone en riesgo la propia supervivencia del comercio".

Según los datos de una encuesta realizada, el 60 por ciento de los comerciantes disponen de un stock superior al del año pasado, el 54 por ciento de los comerciantes afirma que sus descuentos de partida serán superiores a los de la campaña anterior y el 75 por ciento se muestra "poco satisfecho" con las ventas de la temporada de invierno.

Asimismo, el importe medio de los tickets disminuyó en torno a un 15 por ciento en el comercio; el 85 por ciento de los comerciantes no tienen ningún interés en abrir los domingos; el 60 por ciento cree que la situación no se recuperará hasta que se deje de hablar de la crisis y el 65 por ciento considera que las ventas de las rebajas de invierno serán inferiores a la temporada anterior.

Desde Avadeco recordaron que las ventas de las rebajas de invierno suponen en algunos sectores como el textil el 25 por ciento de las de todo el ejercicio mientras que las de verano no llegan al 15 por ciento, dato "significativo" de la importancia que estas rebajas tienen para el comercio.

En este sentido, Avadeco consideró que, tras la desaparición de 600 comercios en Valladolid el pasado año 2009, en 2010 la situación puede ser "especialmente trágica" ya que las dificultades financieras unidas al descenso de las ventas y al incremento de la competencia "pueden resultar letal para muchos pequeños comercios".

Por ello, abogó por que las administraciones apoyen al sector. "Están en juego miles de puestos de trabajo tanto de pequeños autónomos como de trabajadores; el comercio tradicional no puede aguantar como las grandes cadenas o grandes superficies que pueden mantenerse durante años dando pérdidas: el comercio tradicional, vive del comercio y tiene que hacer frente mensualmente a numerosas obligaciones".

A su juicio, la Junta debería perseguir la competencia desleal "que está perjudicando de forma considerable al comercio", a lo que añadió que no tiene "sentido" aprobar leyes "si luego no se cumplen". "Desde que las competencias de consumo no están en la Consejería de Economía el sector es un caos: los incumplimientos en rebajas o liquidaciones son numerosos sin que se ponga límite", añadió.