La nueva ordenanza de civismo, que aún no se ha aprobado, sigue recibiendo críticas por su dureza por parte de las entidades sociales y también de algunos miembros del propio Govern.
Uno de los puntos que ha generado malestar es el que regula las premisas para poder organizar un acto público.
El nuevo texto advierte que «los organizadores de actos públicos tienen que garantizar la seguridad de las personas y de los bienes». De esta forma, deberán «depositar una fianza o suscribir una poliza de seguros» por si se rompe algo.
Asimismo, el texto fija que el Ajuntament «podrá exigir a sus organizadores una fianza por el importe previsible de los trabajos de limpieza que se deriven de la celebración del acto».
El regidor de Joventut Xavier Florensa fue el primero en criticar la medida: «Estamos poniendo dificultades a las organizaciones que quieran hacer un actoen la calle».
También alertó que, si se piden inversiones económicas, la vía pública solo tendrá un «uso privativo, porque serán los únicos que podrán pagar ».
Desde la Associació de Veïns de Sant Andreu Palomar, Genís Pascual lamentó que «al final la calle sólo será de los políticos», mientras que Manel Muscat, de l’AAVV de la Barceloneta, dijo que la medida significa «cobrar dos veces por un mismo servicio».
Un ejemplo: Joan Sabaté, conocido internacionalmente como el Maradona de las Ramblas, tuvo que desplazarse hasta el Portal de l’Àngel porque los agentes de la Guàrdia Urbana no le dejaban dar toques en su terreno. Ayer también le multaron por hacerlo en su nuevo feudo.
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