En 2003, Maria Antonia, una pianista, sufrió una infección que la dejó en coma. Al despertar descubrió que sus manos y pies habían sido amputados. El impacto fue tal que deseó volver a estar inconsciente.
Estuvo seis años sin tocar el teclado de su piano y llorando desconsoladamente mientras escuchaba grabaciones de sus conciertos anteriores.Ahora vuelve a interpretar melodías. En una de sus manos lleva una prótesis biónica; en la otra, una mano hecha a medida para que pueda defenderse en el teclado.
Los sensores de esa prótesis no sólo le han devuelto la música: ahora también puede coger a su hijo o escribir.
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