Ella había viajado a Texas con sus hijos, tras divorciarse de su marido. Y se había instalado en casa de Steve Earle. Un día, mientras cantaba en la cocina, quedó prendado de la voz de su hermana pequeña y la invitó a participar en uno de sus futuros discos.

Pronto empezó a componer sus propias canciones y a recorrer con su guitarra y su cálida voz los clubes locales, labrándose una reputación que la llevó a crear su propia banda, The Jewels.

Compañeros indisolubles

Al poco de conocerse en aquel bar, Stacey y Mark se casaron. Él formó parte de los Dukes, la banda de su cuñado Steve. Y Stacey continuó con una carrera en solitario que empezaba a dar sus primeros éxitos importantes con álbumes como Dancin’ With Them That Brung Me. Sin embargo, el paso definitivo llegó cuando, en su siguiente disco, su nombre aparecía indisolublemente unido al de su marido.

Never gonna let you go (Nunca te dejaré marchar) fue el nombre de un álbum que desprendía amor por los cuatro costados, y en el que se dejaba ver que la relación matrimonial y musical iba viento en popa.

Ahora, el dúo vuelve a los escenarios acompañados tan sólo por sus dos guitarras y sus voces, para presentar nuevo disco, S&M Comunnion Bread, con el que vuelven a dar una lección de sensibilidad musical.

* Sala Sol. Jardines, 3. 23.00 h. De 12 a 15 euros.