Larga espera

Tras el éxito de su disco debut, Príncipe de los gatos, el nuevo trabajo de Junior se ha hecho de rogar. La espera ha sido dura para sus fans, pero también para él, que veía cómo el lanzamiento de Niño Flama se retrasaba: «Sacar este disco ha sido durísimo. Lo he pasado muy mal estos dos últimos años, hasta que he conseguido hacer los temas que yo quería. Estoy preparado para todo, para que le gusten a la gente o para que el público le dé la espalda. Pero estoy muy satisfecho con el resultado final y eso es lo que importa».

Junior vs. Junior

Muchas de las canciones de Junior tienen por título alguno de sus motes: Manuel, Pekeño, Mr. Junior, Niño Flama... Este último da título al disco: «Esta expresión se utiliza mucho en el barrio de Triana (Sevilla); se refiere a alguien intocable, que se cae y se vuelve a levantar, como el Ave Fénix. En este disco, he tenido que volver a empezar de cero en alguna ocasión».

Raíces Flamencas

Junior también rinde homenaje a su padre, El Lata, que falleció una semana después de lanzar su primer trabajo: «Fue mi ídolo. Hubo cosas que me dijo, que en su momento no supe entender, y ahora comprendo. Llevo su nombre tatuado en el brazo».

El otro lado de la fama

El cantante le planta cara a todos los que intentan clasificarlo dentro de un estilo, ya sea rap, R&B, hip-hop... Dice  que, como no todo el mundo puede fusionar, surgen envidias: «Han llegado a tirarme piedras cuando estaba encima del escenario, pero supongo que son gajes del oficio. En fin, no se puede gustar a todo el mundo, ¿no?». Junior reconoce que sus mejores fans son su madre y su hermana.

Como la vida misma

Algunas canciones de Junior sorprenden por la carga violenta de sus letras. Frases como «empuño una palabra y la pongo en tu sien» son, según el cantante, el reflejo de la vida cotidiana. «En la calle hay violencia y yo hablo de lo que hay», sentencia.