En los 90, los procesados estafaron un millón de euros del Consorci de Turisme de Catalunya, dependiente de la Generalitat, en un caso que supuso un gran escándalo político que salpicó de lleno al partido democristiano, entonces, en el Govern.

La Sala, que absuelve a otros dos procesados, prueba que los condenados actuaron a indicación del ex director del Consorci, Joan Cogul (que se suicidó hace dos años en Filipinas), y que tienen en común su militancia en UDC. Los jueces no identifican al cerebro de esta red, aunque mantienen que «un responsable o responsables» de «UCD y/o del Departament (de Comerç i Turisme) pagaron a Cogul y a su esposa, Carme Fargas (condenada a tres años), 100.000 euros anuales a fin de comprar su silencio.

Estudios falsos

La desviación de fondos se hizo a través de un «plan» que, según los magistrados, consistió en que el Consorci encargaba estudios o contrataba servicios a las empresas de los condenados que,o no se llegaron a realizar jamás, o se trató de una simple tapadora.

Una urna de cenizas en el juzgado

Una sentencia de más 300 páginas pone punto final a siete años de investigaciones de un caso que, junto al de los cursos de formación, ha golpeado a UDC. El suicidio del principal implicado, Joan Cogul, en Filipinas, complicó aún más el sumario. Su muerte levantó suspicacias entre los que creían que era un montaje para driblar a la justicia y provocó que su viuda, Carme Fargas, llegara a los juzgados de Barcelona con las cenizas para que un juez las identificara con el ADN.