Conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, ¿qué le ocupa más ahora?

La sentencia del Constitucional sobre el Estatut, de la que depende buena parte del futuro de Catalunya y de la relación de Catalunya con España. Hemos de lograr que no sea negativa.

¿El TC está deslegitimado?

Sí. Hay mucha gente que no entiende este bloqueo, que tras tres años no haya sentencia. Es incomprensible y crea incertidumbre. Uno de los responsables es el PP, que recurrió artículos del Estatut, cuando paralelamente votaban que sí a los mismos artículos de otro Estatuto. Era un ataque a Catalunya. También es responsable de la no renovación del TC, que está politizado.

Hay un caldo de cultivo...

Sí, el editorial conjunto de 12 diarios catalanes y que las entidades expresen la opinión mayoritaria a favor del Estatut que se votó han estado bien. Espero que el TC lo tenga en cuenta.

¿Qué piensa sobre las consultas soberanistas?

Respeto cualquier iniciativa de participación, pero, a nivel político, no estoy de acuerdo. Ahora, el terreno de juego político debe ser que la sentencia del Estatut no sea negativa y que se traspasen Cercanías y la Inspección de Trabajo, que la financiación sea buena... Lo otro es un salto adelante que no tiene repercusión jurídica y puede hacer que abandonemos el Estatut.

¿Qué supondría para el Gobierno una sentencia desfavorable?

Es difícil decirlo. Sería inaceptable que alguna de las paredes maestras del Estatut fueran declaradas inconstitucionales: la nación, aún cuando está en el preámbulo, la obligación de conocer el catalán, los derechos históricos, la financiación o la bilateralidad. Si alguno de estos aspectos se tocaran sería negativo. Si la sentencia fuera interpretativa en temas como las competencias, tendría solución. Si hay una competencia que no se puede hacer porque está supeditada a una ley orgánica, podemos pedir una modificación de la ley. Estamos convencidos de la constitucionalidad del Estatut. No hay ninguna ley que haya pasado por tantos filtros democráticos: Parlamento, Congreso, Senado, referéndum...

Si lo tocaran, ¿hay un plan B?

Depende de la sentencia, pero hace falta una respuesta unitaria. Hará falta analizarla y hacer una reunión de todos los partidos. Debemos tener, ahora y después, una posición firme de defensa de un Estatut que fue aprobado por una amplia mayoría.

En las próximas elecciones ya no será cabeza de lista de ICV.

Es una decisión mía. Es un buen momento, porque Iniciativa está muy bien ahora.

¿Serán unas elecciones sucias?

Hay incertidumbres: cuándo serán (que yo creo que serán en noviembre), la crisis económica, cuándo se producirá la sentencia del Constitucional y todos los casos de corrupción.

¿Los políticos han fallado con el caso Millet y el caso Pretoria?

Una parte de la clase política y una parte de la sociedad. Lo que es incomprensible es que el juez no haya dictado medidas cautelares más contundentes para Millet y Montull, que ya no tienen presunción de inocencia porque ya han confesado. Esto ha causado desafección.

¿Hay más o menos fricciones entre los socios de gobierno?

Las discrepancias, cuando las hay, se discuten con tranquilidad. Es imposible que tres partidos estén siempre de acuerdo.

¿Tiene que ver con que Montilla tiene diferente estilo que Maragall?

No, con la madurez de los partidos. El primer tripartito era inexperto.

¿Qué corregiría si pudiera?

Cuando se produjo el recurso del Estatut y el bloqueo del Tribunal Constitucional, deberíamos haber dado una respuesta política más contundente (nosotros y también el Gobierno español). Hemos sido excesivamente blandos estos tres años.

¿Es más importante hablar del paro que del Estatut?

No, son cosas diferentes. El paro es la primera preocupación, pero el Estatut conforma lo que podemos hacer y lo que no.