Dos o tres empleos. Me parece indignante la situación que sufrimos con sólo veintitantos años. Tengo dos empleos y en su día tuve tres a la vez para sobrevivir. Y eso que sólo me mantengo a mí misma. No veo el momento de formar una familia. Eva (Madrid).

Porque soy madre. Tengo 28 años y un hijo de 3. Hasta que él nació ejercí de secretaria, además de algún trabajo esporádico en funciones administrativas. Tuve que tomarme un descanso con la llegada de mi hijo, y pensaba continuar con mi vida profesional ahora que ya empieza la guardería. Pero ahora ya nadie me contrata, ni siquiera para hacer sustituciones. Me dicen que no soy el perfil que buscan, pero hasta que fui madre sí lo era. Así que tras varios rechazos pude comprobar que se debe a que tengo un hijo. Me parece increíble que aún exista discriminación por una razón tan natural como es la de procreación. Y yo que pensaba tener dos niños... Laura (Madrid).

La cosa es quejarse. Que si no hay empleo, que si las condiciones son intolerables, que si no me hacen contrato indefinido... La cosa es quejarse. Soy un currante desde que tenía dieciséis años y nunca me ha faltado trabajo; eso, sin haber tenido la oportunidad de sacarme unos estudios superiores. No paro de oír quejas sobre lo mal que está el empleo, sobre todo porque no hay suficientes puestos de trabajo. Pero luego resulta que los que más protestan son los mismos que rechazan un trabajo a jornada completa porque tienen que cuidar de los niños, otro porque hay que desplazarse y no tienen carné de conducir, otro porque los fines de semana tienen que ir a ver a la abuela al pueblo... Ante tantas exigencias, no me extraña que las empresas no les contraten. A. L  (Barcelona).