Los convocantes pretenden arrancar del Ministerio de Educación, con el visto bueno de la cartera de Sanidad, el compromiso de igualar sus estudios de formación profesional con una diplomatura universitaria y homologarlos con Europa.

Los paros seguirán hasta el jueves y, si la situación no cambia, se extenderán a lo largo de noviembre.

Cada jornada de huelga  supone, al menos en Madrid, que se dejen de practicar 20.000 pruebas diagnósticas, y hasta ahora ya se han dejado de hacer unas 100.000. El Ministerio de Sanidad asegura que por la mañana el seguimiento fue de sólo el 15%, frente al 83% que calculan  los convocantes. Los técnicos son quienes llevan a cabo biopsias, citologías y otras pruebas, como ecografías, rayos X y mamografías. Su reivindicación no es apoyada por los sindicatos de enfermería.

El Ministerio de Educación, por su parte, aseguró  que trabaja «en el diseño de los títulos correspondientes a todas las profesiones vinculadas al mundo sanitario».

Visiones opuestas

Carmen Martín. Técnica sanitaria del comité de huelga de Madrid.

«Estamos ante una reivindicación que tiene ya 20 años, pero las administraciones han estado entreteniendo a la gente y no nos han dado ninguna solución. La homologación de nuestros estudios no es sólo para nosotros, sino también para los que vienen. No entendemos la postura de los enfermeros, creemos que se les ha dado un poder en la sanidad que ahora estamos pagando. Ellos son auténticamente voraces».

María José García. Portavoz del sindicato  de enfermería Satse.

«La reivindicación de los técnicos es legítima, pero hay distintos métodos para llevarla a cabo. Nosotros también tenemos reivindicaciones desde hace 20 años, pero siempre hemos intentado el diálogo. Si la Administración nos manda el mensaje de que el mejor mecanismo es una huelga, que no se preocupen, que  también iremos a la huelga. Nuestra postura es hacia la Administración, no hacia los técnicos sanitarios.