La etiqueta de carnívoros y golosos cobra aún más fuerza en el caso de los jóvenes, que ingieren tres raciones diarias de carne (lo recomendable es alguna ración semanal), a la que se dedica una cuarta parte del presupuesto para alimentación, que en la región es el 16% del gasto familiar, el menor de toda España.

Aunque Madrid está por encima de la media en demanda de fruta, que de hecho es el producto cuyo consumo ha crecido más, un 27% de la población no toma ni una pieza diaria. En el polo opuesto está el pan, que se come menos que en el resto del Estado y ha protagonizado la mayor caída de ventas.

Mucha grasa en el 80% de niños

Ocho de cada diez niños madrileños ingieren grasas en valores superiores a los máximos recomendados por los expertos en nutrición. Los responsables de este exceso son la bollería industrial y los aperitivos, como ganchitos, gusanitos y cortezas, que por su alto contenido en grasa, sal y azúcar tienen un elevado valor calórico y muy pocos nutrientes esenciales. A pesar de que casi el 30% de los jóvenes reconocen haber realizado algún tipo de dieta durante el último año, el 19% confiesa haber consumido chucherías saladas más de cuatro veces a la semana.

La compra

En grandes superficies: El 62% de los madrileños hacen la compra en estos establecimientos, aunque prefieren el supermercado al hipermercado. La tienda tradicional sigue perdiendo cuota de mercado y apenas llega al 30%.

El ama de casa: Sigue siendo, con mucha diferencia, la que hace la compra cotidiana, una tarea que comparte con su pareja sólo en el 24% de los casos.

Los días laborables: El porcentaje de los que hacen sus compras entre semana ha disminuido hasta el 46%. Cada vez son más consumidores, un 25%, los que optan por los fines de semana.

Confianza en lo tradicional: Los mercados tradicionales son los lugares que más confianza inspiran. A continuación están las grandes superficies y, en último lugar, los establecimientos de hostelería.

Preocupa la limpieza: La higiene, seguida de la composición de los alimentos, es lo que más preocupa al consumidor para decidir su compra.