La recesión económica y el paro está haciendo que la cantidad de dinero negro que se mueve en la región esté creciendo "espectacularmente", hasta el punto de que ya suponga una cuarta parte del PIB, según un estudio del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha).

Este informe prevé que la economía sumergida alcance en 2009 los 43.751 millones de euros, lo que representa el 23,3% del PIB de la comunidad (187.772 millones de euros), superando incluso la media nacional, que se estima en torno al 23% de la riqueza del país. La cifra contrasta con la de 2008, cuando las actividades económicas que escapaban del control del fisco suponían el 22,6% de la economía regional.

"La crisis ha hecho que muchas empresas bajen la persiana, pero no que cierren. Es decir, que sigan trabajando en negro para poder hacer frente a sus gastos", explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha. Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (Ata), defiende la misma idea: "Una de cada cuatro actividades se hacen en la economía sumergida", afirma. Además, pese a que otras autonomías, como Andalucía o Extremadura, son más proclives a este fenómeno, el hecho de que Madrid sea sede de una gran número de negocios juega en su contra, "ya que permite que se evadan mejor de las inspecciones", asegura Mollinedo.

Construcción y servicios

Los sectores en los que se registra más cantidad de dinero negro son en la construcción, el entorno del taxi y los servicios de reparaciones del hogar. Esta práctica tiene un efecto pernicioso sobre la economía en general, ya que al haber menos recaudación se limita la cobertura de las necesidades sociales, "aparte de crear una gran desigualdad entre los trabajadores. Los que pagan, y los que no", apostilla Amor.

La solución para acabar con este lastre pasa, según Gestha y Ata, por mejorar y aumentar los controles fiscales. Otras organizaciones, sin embargo, creen que el remedio es más complicado. "De hecho, Madrid seguramente sea una de las comunidades con mayor eficacia en la lucha contra la economía sumergida. Lo único que se puede hacer es reducir la presión fiscal", explica Gregorio Izquierdo, portavoz del Instituto de Estudios Económicos de Madrid.