Sí. Hay que estar cada día más y mejor formadas. Queremos introducirnos en todos los ámbitos de la sociedad: política, empleo, cultura...

¿Siempre han sido la columna de la familia gitana?

Siempre hemos estado en segundo plano y nos han tenido como el motor del pueblo gitano. Hemos tenido un sitio de preferencia y hemos organizado, pero aún queda mucho camino por recorrer.

¿Dónde está la solución?

Las comunidades autónomas deben reconocer al pueblo gitano para desmitificar su imagen. La principal lacra sigue siendo la educación. La comunidad gitana no ha creído en el sistema educativo y tampoco nos han integrado.

¿Un consejo para la chicas?

Seguir luchando para mantener nuestra identidad gitana y que sin formación nunca se van a poder defender.

¿Le dolió el tratamiento dado a la boda de Farruquito?

Sí. Los medios criticaron sin conocernos. Fue una burla, una indignación. Nadie tiene que sentirse superior ante lo distinto o diferente. Después de 600 años, ante la sociedad, somos la cultura más desconocida. En el respeto está la pluralidad y la democracia.

BIO

Nació en Palma del Río (Córdoba). Tiene 28 años. Es trabajadora social y ahora estudia antropología. Fundadora de la Asociación Amuradi.