Diez días ha durado la huida desesperada de Toni Musulin, empleado de una compañía de transporte de mercancías de valor, que desapareció en Lyon el pasado 5 de noviembre con su furgón blindado, que contenía once millones de euros.

La fuerte presión policial, que lo buscaba por toda Europa, finalmente ha obligado a Musulin, que trabajaba desde hacía diez años en la sociedad de transporte de seguridad Loomis, a entregarse en una comisaría de Mónaco, informó la prensa local.

La mayor parte del botín -más de nueve millones de euros- había sido hallada por la Policía de Lyon, al este de Francia, la semana pasada, en un garaje alquilado por el presunto ladrón, en las cercanías del lugar donde había sido abandonado el furgón vacío.

A petición de Francia, Interpol había lanzado un "aviso azul" a sus 185 países miembros, para pedirles que transmitieran informaciones sobre la identidad y las actividades del prófugo. Los investigadores franceses barajaban, entre otras pistas, su posible huida con el dinero a algún país de Europa del Este, debido a los orígenes serbo-croatas de Musulin.

El Gobierno monegasco ha decidido entregarlo inmediatamente a la policía judicial de Niza (sureste), que lo recibirá en el "Jardín Exótico", establecimiento situado en la frontera entre ambos países.

El furgón blindado, con el dinero a bordo, paró la mañana del 5 de noviembre en Lyon para hacer una nueva recarga hacia las 10:00 horas de la mañana, hora local, y, cuando los otros dos trabajadores regresaron, Musulin se había esfumado.

Transcurridas dos horas desde la desaparición, el vehículo vacío fue encontrado en las afueras de Lyon, no muy lejos de donde dos días más tarde, el 7 de noviembre, la mayor parte del botín fue descubierto en una decena de sacos. Por un robo sin violencia, Musulin, de 39 años, podría ser condenado a tres años de prisión.