Las redadas forman parte de una investigación de la Fiscalía holandesa en relación con una organización terrorista cuyo nombre aún no ha sido facilitado, informó la agencia holandesa ANP.

Se trata de

seis hombres de entre 18 y 30 años y de

una mujer de 24 años, y el sospechoso principal es Samir Azzouz, un joven de 19 años que el pasado 6 de abril fue puesto en libertad por falta de pruebas sobre su supuesto papel en la preparación de atentados en Holanda.

Los servicios de inteligencia holandeses (AIVD) creen que Azzouz

estaba buscando armas automáticas y explosivos para cometer, junto con unos cómplices, atentados contra varios políticos y un edificio público.

Dados los riesgos de las operaciones, el ministro de Justicia, Piet Hein Donner, dio su permiso para que entrara en acción la unidad móvil de intervención rápida de la Policía, la BBE-SIE. Tras las detenciones, el coordinador nacional de la lucha contra el terrorismo promulgó medidas extraordinarias de seguridad, como mayor protección de la sede del Gobierno holandés, el "Binnenhof", y de la AIVD en La Haya, además de los Ministerios de Justicia y Asuntos Interiores.

La unidad móvil de la Policía cerró herméticamente el Binnenhof y realizó unos asaltos en la capital administrativa de Holanda durante los que

A pesar de esas medidas, que serán mantenidas por tiempo desconocido, según las autoridades

no existen razones para aumentar el nivel general de alerta ante una amenaza terrorista.