El plan del equipo de Gobierno local, según fuentes municipales, es cerrar al tráfico la zona delimitada por Callao, Sol y Ópera, incluyendo las calles Mayor y Arenal. El proyecto está en «fase de estudio», pero ha sido bendecido por el alcalde Ruiz-Gallardón, precisan las mismas fuentes.

La intención es completar un eje de peatonalización, vedado a los vehículos, en torno a las calles comerciales peatonales de Carmen y Preciados.

En tanto, desde el Consistorio se apuesta por la ampliación de las zonas de prioridad residencial: ayer empezaron a funcionar las cámaras de vídeo para multar a infractores en el barrio de Las Letras.

Tener o no tener tarjeta de residente es la cuestión de la que depende que los vecinos  disfruten la peatonalización  o sufran las telemultas. Entre los más entusiastas está Milagros García, que vive en la Carrera de San Jerónimo y dice, tajante: «Me parece perfecto. Aquí no queremos coches de Alcorcón».

Molestos y sorprendidos

La otra cara de la moneda es Juanjo Millán. Trabaja en una licorería de la calle León y le parece increíble que no le dejen pasar con su vehículo teniendo un comercio en la zona. «¿Por qué no nos dan a los comerciantes una tarjeta de acceso?», se pregunta enfadado.

Primer día de ‘telemultas’ en el barrio de las letras

José Luis Villares. Encargado de la taberna Casa Alberto

«Desde que empezaron con el plan, los fines de semana viene menos gente al barrio. Yo considero que son mucho más útiles los agentes de movilidad que esas cámaras, porque  el agente te informa y la cámara sólo te multa. De todas maneras, hay mucha gente que se cuela, unos porque no ven las cámaras y otros porque simplemente no las quieren ver».

Leonor Alonso e Israel Calderón. Vecinos residentes en la calle León

«Desde que peatonalizaron el barrio sufrimos el doble de ruido. Antes el sonido del tráfico camuflaba el follón de los bares, ahora es imposible dormir. Nuestros padres no pueden entrar en el barrio con coche cuando vienen a visitarnos, y los aparcamientos están reservados para obras y carga y descarga. Hay que tener un garaje, pero cuesta 15 millones».

Marcos Fernández. Responsable de carga y descarga de alimentación

«Sólo me está permitido acceder con el vehículo de ocho a once de la mañana. Por eso tengo que dejar la furgoneta en Atocha y venir andando con el carrito hasta la calle León. Si no eres residente, ya puedes arreglártelas como puedas. Yo trabajo para varios supermercados y no me da tiempo a hacerlo todo antes de que den las once».