El Juzgado de Primera Instancia número siete de Palma ha condenado al Banco Santander Central Hispano (BSCH) a pagar una indemnización de 6.000 euros por daños morales a una clienta por haber cancelado sin consultarle sus tarjetas de crédito y débito.

La sentencia, facilitada por la Asociación de Consumidores de Baleares (ACUIB) y contra la que cabe recurso de apelación, detalla que en diciembre de 2006 la clienta intentó pagar una compra y se encontró con que no había dinero en su cuenta y sus tarjetas habían sido canceladas.

La resolución considera que la entidad "cumplió negligentemente su obligación contractual" al domiciliar los cargos de una tarjeta de crédito nueva que se le ofreció en una cuenta de la mujer que no utilizaba desde hacía 5 años.

Esta cuenta era distinta de la que había indicado la clienta, que había señalado otra en la que ella operaba y a la que estaba vinculado el resto de sus tarjetas. Por este error de la entidad, el banco canceló todas sus tarjetas sin consultárselo y compensó lo adeudado por la tarjeta nueva con el dinero de sus otras cuentas.

Navidad sin dinero

Sin embargo, según la sentencia, un banco "no puede proceder a la cancelación de una tarjeta de crédito de manera arbitraria o caprichosa, sino que necesariamente ha de concurrir una causa que lo determine o justifique".

En la sentencia se indica que a raíz de que la mujer se encontrara sin dinero, sufrió un empeoramiento en la depresión que padecía.

La Asociación de Consumidores de Baleares señaló en un comunicado que la mujer y su hija de siete años "tuvieron que pasar unas Navidades sin dinero ni tan siquiera para poder comprar alimentos".

ACUIB relata que la mujer acudió entonces a la oficina de la entidad en Palma, pero el director de la misma le dijo que no podía atenderla porque "se iba de vacaciones", y "se negó" a informarle de los motivos por los cuales había desaparecido el dinero de su cuenta.