Científicos de la Academia de Ciencias de Pekín descubrieron en la región de Lajia, al noroeste del país, un pequeño bol enterrado en el barro en cuyo interior había fideos delgados y amarillos, de unos tres milímetros de espesor y 50 centímetros de extensión.
Según los expertos, los delicados fideos, elaborados con mijo, se parecen a los que tradicionalmente se hacen en la zona de La-Mian, a base de estirar la masa a mano. El lugar donde se encontraron los noodles fue, seguramente, un asentamiento destruido hace 4.000 años por un terremoto e inundaciones.
"Encontramos el bol boca abajo y encajado en un bloque de barro entre marrón y amarillento", explican en Nature los arqueólogos, encabezados por Houyan Lu. "Cuando levantamos el bol, encontramos los restos de fideos entre los sedimentos que contenía", añaden.
No eran de trigo, sino de mijo
Los científicos analizaron la composición de la pasta, examinando la forma y características del grano utilizado y comparándolo con los cereales actuales. Concluyeron que estaban hechos de mijo, en lugar de la fécula de trigo que se utiliza actualmente.
"A diferencia de los fideos italianos y chinos de la actualidad, que se hacen con varios tipos de harina de trigo, los prehistóricos no muestran rastros de ese cereal o cebada", explican los expertos.
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