Durante cuatro años, el tiempo que separa al cantante anónimo que trabajaba por las  ferias de los pueblos del superventas más famoso de la Península, la agenda de Bisbal se ha trastocado en un puro torbellino sólo apto para jóvenes a prueba de bomba.

“Ahora está de vacaciones. No sabemos a qué se dedica ni dónde se encuentra”, declara su discográfica Vale Music.

Sin embargo, Bisbal ha sido visto en Londres. Allí, además de visitar el Buckingham Palace (el cual le parece "un lugar entre mágico y místico") y hablar por teléfono con su amiga Elena Tablada ("Estoy feliz"), se dedica a perfeccionar su inglés.

¿El objetivo? Mejorar su acento británico -su nuevo disco contará con tres temas en inglés- y preparar su entrada en el mercado internacional.

Para Bisbal no hay límites ni descanso. Ni siquiera en vacaciones.