Timbre 4 exporta calidad con 'La omisión de la familia Coleman'

  • De una sala de 64 m2 en Buenos Aires a teatros de medio mundo.
  • La genial obra de Claudio Tolcachir revisita Madrid.
  • También estará en A Coruña, Bilbao, Gijón y Barcelona.
Una escena de 'La omisión de la familia Coleman'.
Una escena de 'La omisión de la familia Coleman'.
Teatro Español
Una escena de 'La omisión de la familia Coleman'.

Timbre 4 es "un espacio chiquitito, de ocho por ocho", situado en el número 640 de la avenida Boedo en Buenos Aires. También es una casa, el fondo de la casa de Claudio Tolcachir. Y una escuela de actores. Y un teatro con algo de suerte, por poco tiempo–.

Pero, sobre todo, es la prueba de que las ganas pueden suplir a los recursos económicos a la hora de crear montajes de calidad. En Timbre 4 "apareció Coleman".

Hace más de un lustro, Tolcachir decidió preparar una obra en función de los intérpretes. Sabía con quién quería trabajar. Reunió a ocho actores y les dio una única orden: "Traten de no hacer algo interesante". Quería que buscasen personajes, los de una familia con cierta disfuncionalidad. En ningún caso una historia concreta.

Fueron nueve meses de ensayos. De improvisaciones, básicamente. Hasta el punto de aprovechar situaciones reales. Como Inda Lavalle (Verónica) tiene dos hijos y debía recogerlos en el colegio, improvisaba por teléfono. "Llamaba desde mi casa", cuenta la actriz, "ante la mirada de mis hijos". Los pequeños le preguntaban: "¿Mamá, qué decís, a quién?".

La cercanía del público

A partir de consignas "un poco tramposas" como "Verónica va a llevarlos a todos de vacaciones", empezaron a surgir los enfrentamientos de ficción. Miles de escenas después, Tolcachir parió el texto definitivo de La omisión de la familia Coleman, una genialidad de 100 minutos de duración.

Pero hacer una obra en 64 metros cuadrados tiene como consecuencia que el público esté muy cerca. A Gonzalo Ruiz (Hernán), "la llave del auto" un día le salió volando. Cuando se marchaba, un espectador lo llamó: "¡Flaco, la llave!".

Lautaro Perotti (Marito) vivió su propia anécdota en otra función. "Al final de la obra yo quedo solo, en silencio total. Había un matrimonio mayor en primera fila. Y ella le dice a él: «¿A vos te gusta cómo actúa este chico?»". "¡Imaginate!", prosigue Perotti, "y al final escucho un psaaa; ¡por suerte era al final!".

Gajes del oficio y de los espacios reducidos aparte, hoy La omisión... sigue viva, "es exactamente la misma obra", asegura su creador y director.

Cuando estrenaron en la capital argentina se decían: "Che, ¿tenéis gente para traer?". Cinco años y unas 800 funciones después, el montaje ha girado con éxito por medio mundo. Larga vida a los Coleman.

Ampliando horizontes

La omisión de la familia Coleman revisita Madrid. Hasta el 1 de noviembre se representa en la sala pequeña del Teatro Español. En 2007 ya conquistó al público del Festival de Otoño, con un 95% de ocupación.

Antes de que acabe 2009 se habrá visto también en A Coruña (Teatro Rosalía de Castro, 13 y 14 de noviembre), Bilbao (Teatro Arriaga, del 20 al 22 de noviembre), Gijón (CMI_Pumarín, 3 de diciembre) y Barcelona (Teatre Lliure, del 16 al 20 de diciembre), entre otras ciudades.

Mientras, en Buenos Aires se prepara el traslado de la compañía para mayo de 2010 a una nave adjunta a la sala actual. Se puede colaborar comprando butacas en www.timbre4.com.

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