La polución provocada por el ozono no dio tregua a los madrileños durante este verano, cuando tan sólo hubo dos días en los que no se rebasó el límite que la Organización Mundial la Salud (OMS) fija para la concentración en el aire de este contaminante, según un informe realizado por Ecologistas en Acción.

Estos datos fueron sacados de la estación medidora de la Casa de Campo durante 55 jornadas de julio y agosto de 2009, de las cuales 53 superaron el umbral de la OMS, establecido en 100 ug/m3 (microgramos por metro cúbico) como media en 8 horas.

El umbral de la OMS es sólo orientativo, pero la UE establece otro límite que, pese a ser menos exigente (120 ug/m3 como media en 8 horas), será de obligado cumplimiento en 2010. Este tope fue rebasado en 35 ocasiones durante este verano.

Sin embargo, hay un dato positivo en medio de tanto aire sucio: el umbral de aviso a la población (180 ug/m3 en una hora) no se superó en ninguna ocasión en julio y agosto. Es la primera vez que esto ocurre desde que se empezaran a hacer este tipo de mediciones en 2004, y contrasta con el año pasado, en el que hubo 48 superaciones de este umbral.

Sin política ambiental

Sin embargo, para Ecologistas en Acción, esta escasez de "ozonazos" no se debe a las mejoras ambientales producidas por el Gobierno regional o el Ayuntamiento de Madrid ("no sabemos de ninguna actuación dirigida a reducir la polución", afirma un portavoz), sino a fenómenos cambiantes de viento y otros factores climatológicos, tal y como indica la Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema).

El ozono malo es un contaminante que se forma por la acción del calor y los vientos sobre los gases derivados del uso de los combustibles y que suele concentrarse durante el verano, afectando directamente a la salud. El ozono reduce en un 20% la capacidad respiratoria, y afecta directamente al ritmo cardiaco y circulatorio.

Se adelanta la caída de hojas

La Asociación Globalízate ha mostrado su preocupación por el secamiento masivo y el adelanto de la caída de la hoja que muestran cientos de árboles en el suroeste, el Corredor del Henares e incluso en puntos de la Sierra debido a la sequía de la temporada pasada.

Según la asociación, muchos ejemplares están amarilleando en pleno otoño, y otros árboles caducos están adelantando la caída de la hoja como medida defensiva ante la extrema sequía de este año, en concreto en la zona suroeste, entre Chapinería y San Martín de Valdeiglesias.