Dos amigos de Mikel J.S., asesinado en un bar de Alcalá en febrero de 2003 (presuntamente por el asesino de la baraja), aseguraron ayer que la víctima había tenido un problema con unos grafiteros, pero que lo solucionó y no había recibido amenazas. Así lo manifestaron ayer en el juicio que se celebra contra Alfredo Galán, para quien el fiscal pide 151 años de prisión por 6 asesinatos y 3 en grado de tentativa. Hoy declarará el ecuatoriano S.E.S.E., que se salvó, así como la mujer que le acompañaba, tras haber sido tiroteado en Tres Cantos.
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