Mark Knopfler, con nuevo disco y gira a los 60 años: La vida a través de una guitarra

  • El ex líder de Dire Straits acaba de publicar su sexto álbum en solitario.
  • Sonidos del folk, el blues y la música celta alumbran 'Get Lucky', un trabajo que presentará también España.
Mark Knopfler.
Mark Knopfler.
Jorge París
Mark Knopfler.

Mark Knopfler aparece con una media sonrisa y saluda a los periodistas con una amabilidad contenida. "Soy un viejo gruñón, un cascarrabias", asegura durante una entrevista en la que, de cuando en cuando, saca su flema británica. No podía ser de otra manera.

La fugaz visita de Knopfler a nuestro país se produce con la excusa de la presentación de su nuevo disco. En Get Lucky, el genio escocés vuelve a dar rienda suelta a su pasión por el folk, la música celta y el blues, que ya formaron parte de sus anteriores y celebrados discos en solitario. Una nueva diana.

Y es que hace tiempo que Knopfler dejó de ser conocido como el ex líder de Dire Straits para consolidarse como un excelente compositor en solitario.

Knopfler es un narrador de historias que ahora ha echado la vista atrás para, en forma de bellas canciones, rememorar su infancia y adolescencia, una época de "deseo y frustración", en sus propias palabras.

"No es una cuestión de nostalgia", apunta dejando entrever sus azulísimos ojos. "No soy el típico que organizaría una cena de antiguos alumnos para recordar anécdotas. Simplemente escribo sobre un tema y luego me lo quito de encima. Lo olvido".

A pesar de avisar de su mal carácter, Knopfler emana un aura de tipo tranquilo que está a gusto consigo mismo. "En ocasiones puedo llegar a ser una persona obsesiva", afirma, "como cuando trato de escribir una buena canción. Pero es necesario tener cierto grado de obsesión para hacer las cosas".

Sueño cumplido

Get Lucky (Ten suerte) podría hacer referencia a la vida de un hombre que ha cumplido su sueño desde que publicó su primer álbum. El debut de Dire Straits contenía el inmortal himno Sultans of Swing. Tras él, el éxito acompañó al grupo durante sus  años de vida. Y cuando éste se separó, Knopfler siguió adelante con una carrera en solitario que, si bien no le ha reportado las ventas millonarias de su banda madre, le ha servido para mantener el estatus de leyenda viva, gracias a discos llenos de sensibilidad y buen gusto. "Cada uno se busca su propia suerte", asegura. "Lo que tengo claro es que, de no haber sido músico, mi vida hubiera sido un desastre", ríe.

Lo cierto es que resulta complejo imaginar a alguien con el talento de Knopfler ganándose la vida con otra cosa que no sean las seis cuerdas. La revista Rolling Stone lo situó en el puesto 27 en la lista de los 100 mejores guitarristas de la historia, y su manera de tocar, siempre con los dedos y nunca con púa, ha marcado escuela en todo el planeta.

60, pero bien llevados

Para Knopfler, el tiempo parece no pasar. Al menos en su destreza con los dedos. Por si fuera poco, en sus discos se afana en tocar y perfeccionar su técnica con otros instrumentos, como violines, flautas o acordeones.

Pero la pregunta es inevitable: a la hora de salir de gira, ¿cómo lo lleva a su edad? "Me mantengo en forma. Tengo una entrenadora personal, juego al tenis y hago ciclismo. Es cierto que los ancianos me adelantan cuando voy en bici, pero lo importante es que hago ciclismo", bromea sin apenas esbozar una sonrisa.

A día de hoy, cuando decenas de bandas legendarias deciden reunirse para llevar a cabo nostálgicas y lucrativas giras por el mundo, al bueno de Knopfler no parece pasársele por la cabeza la idea de reunir a Dire Straits. Tuerce el rictus. "No. Sería demasiado grande y problemático. Lo que hago ahora es más interesante".

Y apunta. "Es más fácil ser cantautor, dedicarse a componer, grabar y, si a la gente le gusta, actuar  por ahí de vez en cuando". Pese a ello, en sus conciertos sigue tocando las canciones que le llevaron al éxito. Porque Mark no reniega de nada. "Son mis canciones y las disfruto mucho". Y sus fans, tanto o más.

Las plazas de toros, su pasión

Mark Knopfler es un auténtico enamorado de los cosos taurinos. Pero al contrario de lo que algunos podrían pensar, su afición tiene poco que ver con la fiesta nacional. Lo suyo es una cuestión exclusivamente musical. Desde que celebrara en 2001 un histórico concierto en la madrileña plaza de Las Ventas, el escocés no ha parado de repetir que es uno de sus lugares preferidos para actuar.

"La forma redonda de las plazas de toros es ideal. Nada que ver con las cajas de zapatos en las que actúo habitualmente. Es algo muy especial e incomparable", afirma el músico, que ocho años después regresará al coliseo madrileño.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento