Cuando llueve bastante, suelen verse después caracoles u hongos. Pero tras el fuerte temporal que ha azotado la Región esta semana, hay un nuevo visitante que se ve por todas partes, una plaga de hormigas voladoras.
Se trata de individuos reproductores (las hormigas obreras son estériles) que no salen del hormiguero en condiciones normales, pero que con las lluvias, lo hacen para no ahogarse.
Según Eulalia Espinosa, directora del Departamento de Zoología de la Facultad de Biología de la UMU, «suelen aparecer con la humedad y salen en enjambres».
Una vez fuera del hormiguero, las hormigas voladoras se dedican a reproducirse para crear nuevos asentamientos. Los machos alados mueren (no pueden comer por sí mismos) y las hembras, fecundadas, pierden sus alas y se convierten en reinas de las nuevas colonias.
Parecidas a las termitas
Eulalia Clemente, no obstante, advierte de que estas hormigas aladas pueden confundirse fácilmente con las termitas, pues son de aspecto similar.
Las hormigas con alas no son peligrosas, si son negras. Si son rojas pueden picar.
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