Juan José Campanella: "Hugh Laurie se angustia más que Ricardo Darín"

  • Juan José Campanella y su película El secreto de sus ojos están acaparando gran atención en San Sebastián.
  • Ha dirigido varios capítulos de la serie House.

Está de buen humor: sabe que la acogida a su última película, El secreto de sus ojos, ha sido buena, y que se ha convertido en una de las grandes favoritas a la Concha de Oro de San Sebastián. "Me da miedo", explica Campanella entre risas, "porque se está hablando tanto de la película que el jurado puede no darle premios porque no los necesitará".

<p>Campanella.</p>El hijo de la novia, ahora El secreto de sus ojos... ¿por qué esa pretensión de enternecer?

Es mi estilo, me surge de manera espontánea, me muevo con facilidad. Me cuesta más la parte del thriller, insertar el mecanismo de relojería que exije un policial y saltar de un terreno al otro.

¿Le gusta saltar de un género a otro?

Los géneros me aburren. Me gusta que las reglas y las convenciones no sean insalvables. El atractivo de la película, lo que más me gustó al hacerla, es justamente esa mezcla de sabores, como si fuese una comida.

¿Leyó la novela y en el acto decidió rodarla?

Leí la novela porque soy fanático del autor, no pensando en hacer una película. Cuando termine de leerla lo pensé, pero estuve un año y pico dándole vueltas: como lector me encantaba, pero faltaba algo que conectara conmigo, personalmente, para hacer una película. Pero, en un momento determinado, creció en mi interior el personaje de Irene. Era tangencial en la novela, como la historia de amor, pero me empezó a obsesionar. La idea del tipo mayor, comiendo solo, empezó a ser recurrente. Y esa parte, la sentimental, es la que mueve toda la historia. No es un policiaco en el que se persiga a un culpable, o un dinero, o una joya, sino que todo comienza por un tipo viejo que se pregunta por qué está solo.

¿Cuándo pensó en recurrir a Darín?

Cuando leí la novela le puse cara a tres personajes, y el de Espósito tenía la de Ricardo. Aunque no se pareciesen por la descripción del autor, yo le puse la cara.

¿Cómo definiría a Darín?

Me encanta. Ni él ni yo somos adictos al trabajo. Somos amigos, es macanudo, nos reímos mmucho juntos. Y luego, es muy fácil trabajar con él. Trabajar con él, como con otros actores, supone una nueva reescritura del guión, se le da otro tono en función de cómo suenan los diálogos.

Usted llevaba tiempo dejando al cine de lado...

Considero Vientos de agua como cine, como trece películas. Te diría que ambos medios me gustan por sus diferencias y similitudes. El trabajo con los actores, por ejemplo, es muy similar. La puesta en escena y el tratamiendo de cámara son muy diferentes. Luego hay otro tema: cada estilo visual y tonal de cada proyecto varían en función de la historia, además de por el medio. La ley y el orden y House no tienen nada que ver. Eso te da cintura, y te lleva a no encerrarte en ningún estilo. Lo que más me gusta de la tele es eso, que me permite probar muchas cosas diferentes.

¿Son muy diferentes Hugh Laurie, protagonista de House, y Darín?

No tanto: hay saltos de personalidad, pero el uno no es más estrella que el otro. Mi relación con los actores también depende del medio: en un largo tienes dos semanas para hablar del proyecto, en House hablamos una escena cinco minutos antes de rodarla. Laurie tiene muy claro su personaje, pero siempre hay que darle un tono especial. Hay actores que se toman el trabajo con más tranquilidad, y otros se angustian más. Darín es de los primeros: disfruta de cada segundo. Laurie se angustia más, sobre todo por el tema del acento. Es londinense, y tener que encarnar a un americano es una fuente constante de angustia.

Y usted, ¿en qué parte de su trabajo disfruta más?

En el montaje. Soy montajista y esta es la primera película que yo he montado solo. Si no hay que salvar muchos problemas, me encanta.

¿Cuál será su próximo proyecto?

Un largo de animación. De enero a marzo sigo con La ley y el orden y House, pero después me centraré en los dibujos. Es una coproducción entre Argentina y España, en 3D, sobre un equipo de futbolín.

¿Qué futuro le ve al cine?

Vivimos una transición muy importante,incluso peor que la que supuso la llegada de la televisión. Quizá dure diez años, no sé qué puede llegar a pasar... Todo hace indicar que el cine en pantalla grande tirará al gran espectáculo: explosiones, disparos... Como ir a un partido de fútbol. Yo hago otro tipo de cine, pero también lo hago para que se disfrute en pantalla grande. Pero es verdad que mucha gente piensa que, si la película no está llena de efectos especiales, mejor se la ve en DVD o se la baja en internet.

¿Y el de Argentina?

El país tiene aún un par de heridas sin cerrar. Una es la de 2001: la crisis económica de entonces no se cerró, sino que se tapó por una relativa recuperación económica. Pero la herida ha vuelto a sangrar, algo que se veía a venir. Pero, sobre todo, lo que es necesario es una renovación del cuerpo político, y en esa transición estamos.

¿Cómo se renueva a los políticos?

En primer lugar, no hablando de ellos como si fuesen alienígenas: son los mismos tipos que iban a nuestro colegio y viven en la esquina de enfrente. Pero hay que reclamarles más valores, más honestidad, menos corrupción, más trabajo... La política de hoy en día no es política, es otra cosa. Los políticos no votan por principios, sino por conveniencia. Por eso hay que pedirles coherencia, que no salten de la izquierda a la derecha por interés. Pero los políticos que siguen mandando son de la vieja escuela, por eso hay que renovarlos. La sociedad está muy adelantada a la política.

BIO: Nació en Buenos Aires en 1959. Saltó a la fama en España en 2001, con El hijo de la novia, donde también trabajó con Darín. En los últimos años ha estado más centrado en el mundo de la televisión, dirigiendo varios capítulos de series como La ley y el orden y House.

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