Barcelona ha estrenado los primeros nuevos semáforos, dotados de un sistema de audio para invidentes y conectados a una red integrada que permitirá intervenir al instante en caso de que surja algún problema o avería.

Los 12 cabezales instalados ya en la confluencia de las calles Bruc y Ausiàs Marc son los primeros, pero en los próximos meses se renovará el 35% del total de la ciudad, algunos de ellos de más de 30 años de antigüedad.

Hasta finales de año, el nuevo modelo de semáforo, que mantiene el color amarillo, se colocará en la Meridiana, la Ronda de Dalt, la Rambla, el Paral•lel, Sant Andreu y la Diagonal entre Bruc y Francesc Macià. El nuevo semáforo está colocado a mayor altura que los actuales y su poste admite que de él cuelguen otros indicadores. Las diferentes señales se han hecho más pequeñas para colgarlas de estos postes.

«El conductor recibe un único impacto comunicativo y se evita así la dispersión», aseguraba ayer el regidor de Mobilitat, Francesc Narváez. Los primeros peatones que los observaron ayer destacaban la estética continuista con el diseño actual y la gran luminosidad que desprenden. Para otros, «no era necesario gastar el dinero en nuevos semáforos», como comentaba Ramon Bertran, un vecino que, no obstante, valoraba que se hayan adaptado a los invidentes.

Los nuevos dispositivos funcionan con luces LED, eficientes energéticamente, ya que iluminan más pero consumen menos. En caso de apagón, tienen una autonomía de dos horas. Cambiar toda la red semafórica costará al Ajuntament de Barcelona un total de 40 millones de euros.