La comedia de Fatih Akin 'Soul kitchen' se gana el favor del público veneciano

  • La cinta es una comedia de enredo centrada en un restaurante.
  • También se ha presentado la segunda película sorpresa: 'Lola', del realizador filipino Brillante Mendoza.
El director de la película, Fatih Akin, en la Mostra.
El director de la película, Fatih Akin, en la Mostra.
REUTERS / Tony Gentile
El director de la película, Fatih Akin, en la Mostra.

La Mostra de Venecia da los coletazos finales y este jueves, penúltima jornada con cintas a competición, lo ha hecho con una simpática comedia de Fatih Akin, titulada Soul kitchen, y que ha conseguido la mayor acogida de lo que llevamos de certamen. Un aplauso que es relativamente indicativo del nivel de la cinta, porque en esta Mostra se aplaude a rabiar un documental tramposo de Oliver Stone o recibe tibiamente a la estremecedora Lebanon.

Akin se embarca en una comedia de enredo en la que no faltan todos los tópicos del género, visita todos los lugares comunes habidos y por haber pero sale airoso gracias a una buena historia, un ritmo frenético en el que casi no hay un segundo de respiro y unos personajes entrañables con los que el espectador conecta rápidamente.

El realizador, propenso a rodar dramas, se ha embarcado esta vez en una comedia después de darle vueltas y recordar las palabras de un amigo fallecido. "Siempre me decía que tenía que rodar alguna comedia, que la vida no es sólo drama, la risa también ocupa un lugar importante", ha explicado durante el breve encuentro con la prensa del festival.

El ganador del Oso de Oro de Berlín en 2004 con Head on, llega bien posicionado a los premios del sábado. Su gran enemigo es el género que abraza. La comedia y los festivales no se llevan excesivamente bien a la hora de repartir galardones.

El público veneciano también ha podido conocer la identidad de la segunda cinta sorpresa, que ha sido Lola, del director filipino Brillante Mendoza, que repite participación en un gran festival de cine después de alzarse con el título de mejor director el pasado mes de mayo en Cannes.

Mendoza no engaña a nadie en Lola. Su cine sigue siendo una apuesta, cámara en mano, por contar historias a su manera, viendo la vida pasar. Deudor del cine más experimental de extremo oriente, el filipino levantará debates encarnizados sobre su nueva obra aunque de antemano ya tuviera ganado el favor de parte del público de la Mostra.

La jornada se ha completado con dos cintas absolutamente prescindibles. La italiana La doppia ora y la egipcia The traveler, la primera incluida en el guión debido a la cuota de cine local que toca cada día. De la segunda aún no se saben muy bien los motivos que la han llevado a la sección oficial. Quizás con una ligera reducción del número de cintas a concurso ganarían todos, los espectadores y el prestigio del certamen.

Y para mañana, última sesión en el Lido, entran a concurso un par de cintas interesantes y un proyecto que promete. The hole de Joe Dante, padre de los Gremlins, y A single man de Tom Ford, un estilista metido a director, aventuran un día interesante que rematará Mr. Nobody, una historia de ciencia-ficción que, visto lo visto, puede ser la joya de culto de la Mostra.

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