El USP Instituto Javier de Benito, situado en el USP Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, ha realizado la primera operación en España mediante suturas contra las secuelas de parálisis facial, que permite que con una operación simple y una recuperación de unos cuatro días el paciente mejore visiblemente su situación.

Se trata de una técnica, la suspensión estática con suturas Silhouettes, que en un principio se aplicaba a la cirugía estética para el rejuvenecimiento facial y que el doctor italiano Franco Perego empezó a utilizar hace unos daños en pacientes con parálisis facial.

Perego ha explicado en Barcelona, donde ha realizado dos nuevas intervenciones en el Hospital Vall d'Hebron, que no es una solución para todos los casos pero es una nueva técnica que permitirá mejorar la calidad de vida de muchas personas que, como consecuencia de la parálisis, no puede cerrar un ojo, tienen la boca caída, no pueden masticar correctamente y tiene problemas psicológicos por la estética.

La operación consiste en introducir unas suturas bioabsorbibles a través de una incisión de aproximadamente un centímetro en el cuero cabelludo. A partir de ahí, se hace pasar una aguja por debajo de la piel y se anclan las suturas en cuatro puntos distintos que permiten levantar y tensar los tejidos de la mitad de la cara en bloque hasta igualarla con la otra parte y armonizar el rostro.

Las suturas que se introducen están compuestas en un 82% por ácido L-Láctico y en un 18% de glycoide --derivado del ácido glicólico--. Unos conos que se introducen con la aguja permiten la sujeción de las suturas, ya que a su alrededor se forma un aro de tejido y permite una fijación total. Estos materiales se reabsorben entre los primeros cinco meses y el primer año, y no son visibles.

Una de las principales ventajas de esta técnica es que se trata de una intervención ambulatoria con anestesia local y con un periodo postoperatorio corto, ya que en una semana el paciente suele reincorporarse a su vida habitual, en contraposición a otro tipo de operaciones más complicadas, agresivas y con largos periodos de recuperación.

La primera paciente intervenida en España es Miriam A., quien a los siete años tuvo un accidente de tráfico que le produjo una parálisis facial, de carácter leve, que le impedía masticar bien y que le afectaba psicológicamente a nivel estético ya que los dos lados de su rostro eran distintos, según ha explicado en la capital catalana.