El atractivo de las villas marineras de las Terres de l’Ebre

Situado en la parte más meridional de Catalunya, la UNESCO distinguió a las Terres de l’Ebre con el reconocimiento de Reserva Natural de la Biosfera y tan solo tres años más tarde, la Asociación Internacional Global Green Destinations la destacó como uno de los cien mejores destinos turísticos sostenibles en el mundo. No sorprende, puesto que este territorio paradisíaco reparte sus tesoros entre el mar y las montañas con dos parques naturales, el Delta y el Macizo dels Ports, separados por tan solo 30 kilómetros.

Sus más de cien kilómetros de costa albergan las villas marineras de Alcanar, l’Ametlla de Mar, L’Ampolla y la Ràpita, con sus calas paradisíacas y los pescadores caminando hacia la lonja tras una dura jornada. Estas localidades son famosas por los mariscos y pescados que ofrecen a sus oriundos y visitantes, unos manjares que harán las delicias de todo tipo de paladares. Estos pintorescos y bellos pueblos, perfectos para vivirlos en familia, aúnan patrimonio, historia, paisajes y gastronomía.

Las apasionantes experiencias de L’Ametlla de Mar

Si vienes buscando emociones fuertes mientras disfrutas de un entorno idílico, esta es la villa perfecta para ti. Sus más de 15 kilómetros de costa enamoran por sus bonitas playas y calas idóneas para zambullirse, ocultas entre acantilados y rodeadas de bosques de pino. Puedes deleitarte en el emocionante fondo marino de estas aguas transparentes y practicar snorkel. Además, tendrás la oportunidad única de participar en el Tuna Tour, la experiencia en la que puedes nadar entre atunes rojos salvajes en su propio hábitat de la mano de un equipo especializado. El GR 92, en tierra, es uno de los tramos más agradables de todo el litoral catalán gracias a su vegetación típicamente mediterránea y sus espectaculares vistas.

L’Ampolla, el territorio cambiante

Continuando con el camino de ronda GR 92 y bañado por pequeñas calas, L’Ampolla es puerta del Delta del Ebro por la parte norte. Su nombre se debe a la silueta con forma de ánfora que formaba la antigua desembocadura del río, espacio que en la actualidad concentra todos los componentes del Delta: el mar, la bahía, la tierra y las dunas. En muchas ocasiones, el ojo humano no es capaz de distinguir cuando empieza y cuando acaba cada elemento natural, traduciéndose así en un terreno con costa escarpada, olivos con arrozales y márgenes con lagunas. Además, aquí encontramos la Bassa de les Olles, un escenario privilegiado en el que se pueden observar gran cantidad de aves y gozar de un itinerario en bicicleta.

Cicloturismo y gastronomía en la Ràpita

Frente a la costa de la Ràpita se extiende Punta de la Banya, una pequeña península formada en el extremo meridional del Delta del Ebro, unida a través del istmo del Trabucador, un singular lugar donde disfrutar de una de las mejores puestas de sol de las Terres de l’Ebre. Su conjunto se conoce como Bahía dels Alfacs, y constituye uno de los puertos naturales más grandes del viejo continente. Su disposición permite que se realicen actividades acuáticas como paddle surf, kayak o vela durante cualquier día del año.

Tanto en este apacible paraje como en la Bahía del Fangar, en l’Ampolla, se pueden degustar mejillones y ostras en las bateas instaladas en medio del mar, una experiencia que no puedes perderte. Las diferentes excursiones por la Ràpita contemplan una guía por la fascinante flora y fauna local y una descripción de las artes de pesca tradicionales, en las que se puede apreciar el proceso de producción de la ostra y el mejillón.

El cicloturismo familiar es otro de los grandes reclamos de la Ràpita, habiéndose granjeado mucha popularidad en la zona. Sin desniveles, se pueden recorrer en bicicleta grandes extensiones por este gran espacio natural de manera sostenible.

El paseo marítimo de Alcanar

Si nos dirigimos al sur encontramos la localidad de Alcanar, que destaca por su patrimonio cultural de la época íbera, la cual podemos redescubrir gracias a los poblados de la Moleta del Remei o la Casa O’Connor. El paisaje presenta playas de cantos rodados, en el que resaltan las fachadas blancas de Les Cases d’Alcanar, salpicadas por el tono rojo de los geranios que lucen en sus ventanas y balcones. Además, es muy afamada por su gran oferta de restaurantes y su espectacular gastronomía.

Su amable paseo marítimo invita a recorrerlo andando o en bicicleta hasta llegar al bonito enclave natural de Sol de Riu, donde desemboca el río Sénia. Este lugar de gran valor natural es idóneo para relajarse y contemplar su rica fauna y su flora de bella factura.

Ocio y gastronomía

Todas las villas marineras ofrecen la posibilidad de practicar deportes náuticos emocionantes como submarinismo, kayak, paddle surf, paseos en barco y cursos de vela, siempre de la mano de los mejores profesionales. Otro de los atractivos turísticos de la zona es la gastronomía gracias a su pescado fresco y el marisco. Tanto en el paisaje como en la mesa, el arroz es el producto estrella, un plato que se puede probar en numerosos restaurantes. Con pato, cangrejo azul o bogavante, las angulas, también llamadas el oro blanco o el caviar del Delta. También destacan otros productos de alta calidad como mejillones, ostras, langostinos, coquinas, galeras y atún rojo.

Gracias a todas estas experiencias, las Terres de l’Ebre son el destino ideal para compartir en familia y amigos. No solo la gran oferta de actividades que ofrece llama la atención de visitantes de todas las partes del mundo. Muchos se acaban enamorando de las típicas barracas, las acogedoras casas rurales y los confortables hoteles y campings de todo tipo que aseguran la máxima comodidad y relajación en un entorno natural privilegiado.