Las vacaciones de verano han sido, para muchas personas, un momento de desconexión y disfrute. Con la vuelta a la rutina, se ha retomado también esa ‘lucha’ personal por perder los kilos ganados durante la temporada estival. “Seguir las pautas que te ha marcado tu médico para perder peso no es fácil en verano, porque a todos se nos va un poquito de las manos, salimos más y queremos disfrutar”, apunta Vicky Martín Berrocal, empresaria y diseñadora. En la vuelta, nada mejor que “equilibrar alimentación sana y deporte”.
Embajadora del movimiento ‘Más Grande Que Yo’, impulsado por Novo Nordisk y por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), colabora en la causa de esta iniciativa: cambiar el relato y la percepción social sobre la obesidad y el sobrepeso.
“Hay que tener cuidado con juzgar”, señala. “Cada uno tenemos el cuerpo que tenemos, y podemos hacer daño”. Así, la diseñadora denuncia que “el tabú en torno al cuerpo perfecto y la culpa y la vergüenza sobre la obesidad pueden afectar a nivel psicológico”.
Conexión entre salud mental y obesidad
Según datos de varios estudios, existe una relación directa entre el estado psicosocial de una persona y la obesidad; además, la discriminación percibida por aspectos como el peso se asocia a un mayor número de problemas psiquiátricos.
“La obesidad empieza en el útero materno, por lo que tiene un componente genético, biológico, psicosocial y familiar muy profundo”, explica el doctor Cristóbal Morales, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla y del Hospital Universitario Virgen Macarena, también en la capital andaluza. “Es una de las razones por las que solemos tratar a la familia entera mediante una intervención terapéutica que nos ayude a cambiar de hábitos de vida no saludables”, apunta.
"La obesidad empieza en el útero materno, por lo que tiene un componente genético, biológico, psicosocial y familiar muy profundo"
Según el experto, para establecer el tratamiento de estos pacientes es imprescindible analizar las causas y factores tras la obesidad en cada caso, para establecer a partir de ese punto una estrategia terapéutica individualizada que incluya apoyo en salud mental.
De cara a facilitar el manejo de esta enfermedad, el endocrino explica: “En la página web de SEEDO contamos con un localizador de especialistas para ayudar a la gente que vive con obesidad y sobrepeso a encontrar un médico cerca de su hogar que le pueda brindar su ayuda”, explica.
Relación con la depresión y la ansiedad
Según los cálculos de varios estudios, el 70,3% de las personas que viven con obesidad presentan uno o más síntomas de ansiedad, mientras que el 66,2% muestra algún grado de depresión, dos enfermedades que, junto a los trastornos del sueño, son a su vez factores de riesgo para desarrollar obesidad.
En palabras de Helena García, doctora en Psicología Clínica y de la Salud e investigadora en el Hospital Universitario La Paz-IdiPAZ en Madrid, la discriminación percibida por el peso se asocia también a un mayor número de problemas psiquiátricos. “La asociación entre depresión y obesidad está bien establecida”, explica. “Además, se ha demostrado que la presencia de elevados síntomas de la depresión en la obesidad predice la aparición de otros trastornos de alimentación como la bulimia”.
"La depresión en la obesidad predice la aparición de otros trastornos de alimentación como la bulimia"
En esta línea, la psicóloga insiste en que la solución a la obesidad y el sobrepeso no es tan sencilla como seguir una dieta; se trata de cambiar hábitos en los que influyen factores endocrinos y metabólicos, además del entorno, la actitud o las creencias que asume la propia persona. “Cualquier tratamiento que no contemple la esfera emocional y psicológica del individuo fracasará”, afirma García.
Para entender la relación intrínseca entre la obesidad y los problemas psicológicos, la especialista señala que la comida actúa muchas veces como un “anestésico emocional”, que nos aleja de emociones negativas como la tristeza, la ansiedad o la soledad, que a su vez influyen en la ingesta emocional. “Utilizamos la comida para manejar la frustración y tener una recompensa rápida”, explica. En caso de que este tipo de patrones se repitan de forma continuada, se produce un inevitable aumento de peso, generando un círculo vicioso ya que esos kilos de más producen ansiedad a su vez.
El impacto de la obesidad en la salud mental también está conectado con la vulnerabilidad de la persona, con aspectos como la baja autoestima, la elevada necesidad de validación externa, una red escasa de apoyo emocional y el hecho de que los valores de belleza y delgadez suelen ser imperantes. Frente a esta situación, la psicóloga es clara: la situación pasa por aceptarnos sin esperar la aprobación de los demás. “A la mente humana le encanta señalar, juzgar y comparar, tenemos que intentar reducir esta actitud”, asegura.
Educación emocional
Uno de los mensajes más potentes que se transmiten desde el movimiento ‘Más Grande Que Yo’ es, precisamente, terminar con la necesidad de juzgar a las personas por su cuerpo o porque no cumplan los cánones establecidos por la sociedad. Alzan la voz para señalar que las personas que luchan contra la obesidad pueden llegar a sentirse solas e inseguras y que, a menudo, sienten rechazo y acoso por parte de la sociedad, tanto en su entorno personal como en el ámbito educativo o profesional.
Es importante que se asuma que el peso no debe definir en ningún caso a una persona. Sin embargo, plantean que es igualmente vital reconocer la obesidad como una enfermedad que debe ser tratada por un médico para mejorar la calidad de vida de la persona.
En su propia piel
La embajadora del movimiento, Vicky Martín Berrocal, sabe de lo que habla: ella también ha sufrido burlas por tener unos kilos de más, y por eso reivindica que hay que cambiar la perspectiva desde la que se mira a las personas con sobrepeso y obesidad. “Es muy fácil criticar cuando no se conoce lo que le pasa a una persona. Cada uno tiene el cuerpo que tiene y todos podemos ayudar a cambiar la realidad de la obesidad empatizando con las personas. No debemos juzgar sino desmentir las percepciones erróneas y eliminar los estigmas que rodean a esta enfermedad”, subraya la diseñadora.
"Cada uno tiene el cuerpo que tiene y todos podemos ayudar a cambiar la realidad de la obesidad empatizando con las personas"
Por su parte, la psicóloga señala que debemos dejar atrás comentarios como: ‘ay, nena tienes que bajar de peso’, ‘y esa barriga… ¿qué vamos a hacer con ella?’, ‘si estuvieses más delgadita te estaría mejor la ropa…’. “Es importante no generar culpas, sino ofrecer a la persona con obesidad el control y poder sobre su vida para que pueda cumplir sus metas e integrarlas como propias”, apunta. Por ello, es importante desarrollar una capacidad de atención empática, abierta y compasiva, reconociendo la multidimensionalidad de la obesidad para ayudar a que la persona no sufra ansiedad.
Situación en España
En la actualidad, cerca del 22% de la población española, es decir, una de cada cinco personas, tiene obesidad, mientras que el 31,6% presenta sobrepeso. Estas cifras se han multiplicado por dos en las últimas décadas debido a múltiples factores. En España, según datos de SEEDO, padecen sobrepeso unos 15 millones de personas, y más de 10 viven con obesidad.
Para todos ellos, la web www.masgrandeque.es ofrece información, recursos educativos y vídeos que pueden ayudarles a evitar posibles complicaciones asociadas. El movimiento cuenta además con cuenta en las redes sociales Instagram y Twitter, y busca conexiones y conversaciones reales y sinceras mediante el hashtag #MásGrandeQue.
