Así se ha puesto de relieve en la presentación de la muestra -abierta al público del 14 de julio al 6 de noviembre-, que se ha celebrado este miércoles con la presencia de la directora del IVAM y cocomisaria, Nuria Enguita, y el otro comisario del proyecto, Joan Ramon Escrivà, junto a la artista.

Enguita ha remarcado que "no se trata de una retrospectiva al uso", sino más bien de "una retroperspectiva" que, a través de unas 70 piezas, parte del presente para viajar a otros momentos y repasar la producción de la autora. "Es como mirar a un retrovisor para continuar hacia delante", ha resumido.

En este afán por no construir una exposición lineal, ya que "el enfoque de un artista tampoco lo es", el IVAM, ha 'trasladado' a sus dependencias el estudio de Calvo -incluso se reproduce la caja negra que utiliza de cuarto de baño- con el objetivo de que el público conozca su "materia prima", su "mundo propio" y, también, sus "obsesiones, que son siempre las mimas".

Preguntada por cuáles son estas obsesiones recurrentes, Carmen Calvo -quien se ha mostrado "muy nerviosa", al tiempo que divertida- ha contestado entre risas: "Para lo que hay que contar voy al psiquiatra".

No obstante, un paseo por la muestra da pistas claras sobre cuáles son algunas de ellas. La autora siempre ha mostrado una visión feminista "acrecentada" en los últimos años por una sociedad heteropatriarcal en la que rebrota la violencia directa hacia las mujeres, ha apuntado Nuria Enguita. También los objetos convertidos en cosas por el desuso o la niñez son temas constantes en su actividad creadora.

Joan Ramon Escrivà ha explicado la estructura de la exposición, que, según ha aseverado, evoca la técnica del collage tan característica de Carmen Calvo. La muestra se inicia con un conjunto de obras realizadas durante los 80 pertenecientes a las emblemáticas series 'Escrituras', 'Recopilación' y 'Reconstrucción', de inspiración arqueológica y donde la artista rescata objetos.

Seguidamente aparece 'Silencio I y II', una instalación cedida por el Centro de Arte Reina Sofía en la que decena de lápidas blancas se amontonan sobre un muro del que cuelgan puñales amenazadores como metáforas de las ausencias y de la violencia contra la mujer.

Los maniquís protagonizan otra parte de la muestra y, en algunos casos, se trata de piezas intervenidas recientemente que acentúan una disposición dramática y dislocada para expresar la violencia sistémica sobre los cuerpos. También se han seleccionado unas 200 postales intervenidas donde la artista incrusta fragmentos de fotografías o enigmáticas frases.

El cabello, como signo de belleza pero también de castigo a las mujeres, es otro rasgo peculiar de la autora valenciana. Prueba de ello es 'Et pourlèche la face ronde', una gran bola del mundo de la que cuelga una cabellera.

AISLAMIENTO

El período de encierro por la covid es clave en '¡No es un sueño! ¡Está pasando de verdad!. En aquellos meses, la artista volvió a ver películas que estimularon su imaginario y esas capturas se proyectan en una cámara oscura que recuerda al sentimiento que provoca la situación de aislamiento.

La sala final se centra en la instalación 'La naturaleza agita', un habitáculo que alberga centenares de dedos femeninos de terracota que sobresalen de las paredes. La propia artista ha invitado a los asistentes a activar su imaginación ante esta pieza, porque "no todo ha de tener una explicación al lado". Envuelven esta obra de gran formato fotografías recuperadas de viejos álbumes en una especie de memorial de mujeres anónimas.

Carmen Calvo se ha mostrado muy satisfecha con esta exposición en el IVAM porque, según ha dicho, tiene "alma". Ha agradecido a todas las personas que le han prestado su ayuda a lo largo de su carrera, entre ellas el exministro de Cultura y exdirector del Reina Sofía, José Guirao, recientemente fallecido.

"Me han preguntado si en Valencia se me quiere. Claro que sí, pero hay que escapar de vez en cuando y luego volver, así te quieren más", ha dicho Carmen Calvo antes de culminar el recorrido por la muestra entre los aplausos de los asistentes.

Carmen Calvo (València, 1950) recibirá esté jueves el Premio Julio González de manos del 'president' de la Generalitat, Ximo Puig. La creadora multidisciplinar se convierte, así, en la tercera mujer que lo recibe en los veintidós años de historia del galardón, tras Annette Messager en 2018 y Mona Hatoum en 2020, y la primera autora valenciana.

OBRAS Y MUESTRAS

La colección del IVAM cuenta con 29 obras de Carmen Calvo, entre dibujos, pinturas, serigrafías, fotografías e instalaciones. En el año 1990, el museo valenciano le dedicó una importante retrospectiva que reunía todos sus trabajos y, en 2007, le consagró una segunda muestra que analizaba los últimos quince años de su trayectoria, con más de ciento cincuenta obras entre instalaciones, dibujos, objetos, pinturas y fotografías.

Hace tres años, la creadora intervino la fachada del centro cultural con un retrato de gran formato, titulado 'Los cielos están cosidos', que planteaba interrogantes en torno a la violencia machista, la discriminación sexual y la cuestión de género.