Proteger la naturaleza tal y como la conocemos ahora se ha convertido en una prioridad urgente que requiere de un compromiso colectivo. Las consecuencias del crecimiento demográfico y la contaminación que produce la actividad humana nos han llevado a una emergencia climática que supone un grave riesgo para el planeta. Ha llegado el momento de actuar sin demora.
Sobre todo cuando hay evidencias de que la cuenca mediterránea es una de las áreas más afectadas por el cambio climático. Si las previsiones se cumplen, el aumento de temperatura en esta zona podría ser un 20% superior a la media del resto del mundo. Esta situación nos pone ante un desafío estratégico, que solo puede afrontarse con una gestión más sostenible y resiliente de los recursos naturales, especialmente del agua, que es esencial para la vida.
Como cada 5 de junio, el planeta celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una jornada para reflexionar sobre el futuro, este año con el lema ‘Una sola Tierra’. El objetivo es impulsar cambios profundos en las políticas, así como en las decisiones de la ciudadanía, para adoptar una forma de vida más sostenible y ecológica.
Hacia la neutralidad climática
Ante esta perspectiva, Aigües de Barcelona trabaja para ser un motor de transformación social, ecológica y digital. Por eso, en noviembre de 2021 aprobó su Política de Acción Climática con la convicción de liderar, junto a sus grupos de relación en el territorio, un cambio de paradigma en todas las acciones relacionadas con la emergencia climática y la protección del medio ambiente. Esta estrategia gira en torno a tres ejes principales: neutralidad climática, adaptación y resiliencia, e implicación con la emergencia climática.
La compañía quiere conseguir que sus emisiones de gases de efecto invernadero netas sean iguales o inferiores a cero y ha trazado una hoja de ruta para alcanzar esa neutralidad climática. Con 2050 como fecha marcada para lograrlo, está adaptando sus instalaciones con placas solares y pérgolas fotovoltaicas que permiten funcionar con una mayor eficiencia energética.
Otra alternativa sostenible que se está implantando es la producción de biogás en sus depuradoras, mediante la valorización de los fangos (un residuo rico en materia orgánica). En 2021 logró producir de esta manera 11.673.328 KWh de energía térmica en tres de sus depuradoras, que además utilizaron todos sus procesos para generar 21.026.593 KWh de energía eléctrica (equivalente al consumo eléctrico de estas plantas durante 150 días). Estas cifras son un ejemplo de economía circular, valorización y reutilización de residuos y autosuficiencia energética.
Además, entendiendo que lograr la neutralidad climática es un reto colectivo, Aigües de Barcelona puso en marcha en mayo un Hub de Acción Climática. En su primera fase, está trabajando con los proveedores de los operadores del ciclo integral del agua para desarrollar soluciones conjuntas e impulsar buenas prácticas. De este modo, se pueden trazar y compartir planes para reducir la huella de carbono y contribuir a la descarbonización del territorio.
Ciudades más verdes
Como alerta la Agència Catalana de l’ Aigua, el litoral catalán podría ver reducida la disponibilidad de los recursos hídricos un 22%, en el año 2050, a causa del cambio climático. Con esta previsión, resulta urgente promover una mayor y mejor regeneración del agua disponible en la actualidad, sometiéndola a un nuevo tratamiento durante la depuración que haga posible su reutilización. En 2021, Aigües de Barcelona consiguió regenerar un total de 38 hectómetros cúbicos.
El litoral catalán podría ver reducida la disponibilidad de los recursos hídricos un 22% por el cambio climático, en 2050
Hasta el momento, el agua regenerada se ha dedicado sobre todo a usos ambientales: mantener el caudal ecológico del río Llobregat; inyección en los acuíferos para evitar la intrusión salina;o fines agrarios como el riego del Parc Agrari del Baix Llobregat, el Canal de la Infanta o el Rec Vell de Sant Vicenç dels Horts.
En el nuevo contexto, resulta vital cuidar la biodiversidad y el ‘capital natural’, un concepto que engloba también los bienes y servicios que proporcionan los ecosistemas. Por ejemplo, la biodiversidad tiene un papel clave para mantener la calidad de las fuentes de las que mana el agua.
Proteger la riqueza natural, en todos los espacios del ciclo integral del agua, forma parte del ADN de Aigües de Barcelona. La compañía presta especial atención a las zonas protegidas o con presencia de especies amenazadas de la Xarxa Red Natura 2000.
En esa línea, Aigües de Barcelona está naturalizando las instalaciones del ciclo del agua con medidas como la elaboración de diagnósticos y planes de acción de biodiversidad; la gestión ecológica de las zonas verdes; la eliminación del uso de fitosanitarios o el control de especies invasoras con una metodología propia.
Implicación climática
La emergencia climática no solo implica a las empresas, sino también a la ciudadanía. Reformular el día a día de la sociedad, cómo vivimos, trabajamos o nos desplazamos, requiere un compromiso en el que pueden ayudar las decisiones de las compañías. En el caso de Aigües de Barcelona, un claro ejemplo sería la generalización progresiva del teletrabajo. Si, durante la pandemia, sus empleados podían trabajar desde casa un día a la semana, este año se ha ampliado a tres días, lo que equivale al 60% de la semana laboral.
Este sencillo gesto permitirá reducir en un 39% las emisiones de dióxido de carbono anuales derivadas de los desplazamientos por trabajo, lo que supone una disminución de 430 toneladas de dióxido de carbono equivalente, o lo que es lo mismo, reducir el carbono que absorben en un año unos 870 árboles.
Además, la compañía promueve programas de capacitación internos (para la plantilla) y externos (dirigidos a la ciudadanía), con el objetivo de sensibilizar sobre las causas y efectos del cambio climático y realizar una llamada a la acción por el clima.
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