En los "espectaculares y específicos" trabajos de mantenimiento que se realizan estos días en 15 de los 24 ejemplares se utiliza un instrumental muy avanzado para controlar la evolución de los árboles y un equipo de escaladores los trata desde el tronco hasta la copa, ha indicado el consistorio en un comunicado.

Los ficus monumentales viven en su medio natural sobre otra planta y enrollan las raíces a su alrededor para desarrollarse, hecho que implica que las raíces crezcan hacia bajo y, una vez tocan el suelo, aceleren su avance.

Con el tiempo, las raíces se unen para formar un tronco que, finalmente, estrangula y seca el huésped para pasar a ser un árbol independiente. Mientras, las raíces aéreas continúan desplegándose para soportar el peso de las ramas y aumentar la absorción del agua y las sales minerales de todo el ejemplar.

Los trabajos del Ayuntamiento para proteger estos árboles monumentales buscan facilitar el crecimiento de las raíces aéreas para llegar en buenas condiciones hasta el suelo, donde, al arraigar, se fijaron adecuadamente para proporcionar más estabilidad para el ejemplar. Con esta idea, en febrero de 2016, se eligieron dos raíces aéreas de uno de los ficus de la Glorieta que estaban creciendo próximas a unos 2,40 metros de altura sobre el suelo y se trenzaron en una sola.

En el trenzado se dispuso una primera capa de fibra de coco con un poco de compuesto para mantener sujeta y húmeda la estructura, una segunda capa de carrizo para darle rigidez y una capa de fibra de coco para proteger las anteriores y a la vez oscurecer el interior, puesto que las raíces necesitan oscuridad para crecer. La estructura se cerró con una cuerda vegetal y se prolongó hasta llegar al suelo. Desde ese momento ha sido regada y revisada "con regularidad".

Por otro lado, la estructura se protegió mediante un enrejado externo de hasta dos metros de altura y una valla de madera para dificultar el acceso. Además, se colocaron dos carteles informativos sobre los trabajos para darlos a conocer y se facilitó un teléfono de contacto para hacer preguntas o informarse.

REVISIONES PERIÓDICAS

El personal técnico ha visitado y revisado la estructura periódicamente para comprobar su estado y hacer tareas de mantenimiento. En marzo de 2017 se abrió y se observó que las raíces habían llegado hasta el nivel del suelo, en doce meses habían crecido más de 2,40 metros, a un ritmo de más de 20 centímetros por mes. Después, se continuó manteniendo la estructura porque las raíces ya asentadas en el suelo continuaron cogiendo vigor y se hicieron más gruesas.

Además del tutelaje de la raíz aérea, también se han hecho tratamientos mediante una empresa especializada en taladrar y podar en altura. Estos trabajos requieren de personal "altamente especializado" al ser un trabajo "peligroso" al trabajar en altura.

MONITORIZACIÓN

El vicealcalde de València y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, ha señalado que la monitorización se ha conseguido "con éxito" y, después de 6 años, la raíz "está a punto para hacer su camino a solas". Este lunes se ha abierto para ver la evolución, pero se mantendrá tutorizado hasta la primavera para "evitar los meses de más frío". Esta técnica se extenderá a otros ejemplares de la ciudad.

Campillo ha destacado que, desde su instalación, "no ha habido ningún incidente con la estructura", algo que, a su juicio, es síntoma "no solo del civismo de la ciudadanía o de la sensibilización sobre el valor del patrimonio natural, sino del interés para colaborar con las actuaciones del Ayuntamiento".

En este punto, ha afirmado que, siempre que se ha visitado este ejemplar "se ha visto personas observando la estructura, leyendo los carteles informativos o tomando fotografías con los ejemplares monumentales".

Por último, ha detallado que, visto el "hecho positivo" de los resultados de esta experiencia "pionera", se ha instado una segunda estructura en otra higuera australiana monumental de la ciudad, esta vez en el Jardí de les Camèlies, en Ayora, para "repetir los mismos pasos".