Dos puntos de vista para una misma obra

El autor de ‘El método Grönholm’ reniega de la versión para el cine de su obra y engrosa la larga lista de autores molestos.
La adaptación cinematográfica de El método Grönholm, de Jordi Galcerán, evidencia la conflictiva relación que, en ocasiones, se da entre escritores y directores. Galcerán ha renegado de la versión que el argentino Marcelo Piñeiro ha hecho de la obra, una comedia sobre los procesos de selección de personal. Para el autor «los personajes de la película son diferentes, al igual que el argumento y el desenlace. Los diálogos son nuevos en el 95%». El padre de la exitosa obra se lamenta de que Piñeiro haya convertido su comedia en un drama.

Galcerán no es el único. El escritor Juan Marsé confiesa que no le ha gustado

ni una sola de las adaptaciones de sus novelas. A Arturo Pérez-Reverte tampoco le agradó la versión de El maestro de esgrima y Juan Manuel de Prada está aterrado por el resultado de la película La tempestad. «Suele ocurrir que las grandes novelas den lugar a películas horrendas o mediocres», sentencia.

Del papel al celuloide: acuerdos...

Almudena Grandes: Quedó muy contenta con las adaptaciones de su novela Malena es un nombre de tango y del relato corto El vocabulario de los balcones, que se amplió en el cine.

Juan Vicente Córdoba: Dirigió la película Aunque tú no lo sepas sobre el texto de Grandes, con quien mantuvo un diálogo muy fluido para intentar ser fiel al texto original.

... y desacuerdos

Javier Marías: Indignado por la adaptación de Todas las almas, la justicia le dio la razón y condenó a Elías Querejeta (productor y padre de la realizadora) a indemnizarle.

Gracia Querejeta: Tituló la película hecha a partir de la novela de Marías El último viaje de Robert Rylands; se defendió de las críticas aclarando que era «una adaptación libre».

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