Los hechos fueron puestos en conocimiento a través de una llamada a la Sala CIMACC 091 de Extremadura, cuando la propia víctima de un establecimiento sito en la calle Miguel Servet de Mérida alertaba de que acababa de sufrir un robo por parte de un individuo, que se había llevado la recaudación y dos tarjetas de crédito.

Inmediatamente un indicativo policial acudió al local, entrevistándose con la requirente, quien en un claro estado de nerviosismo les relató cómo, un varón accedió al establecimiento y tras amenazarle, supuestamente con un arma que ocultaba bajo su ropa, le obligó a entregar la recaudación de la caja y dos tarjetas bancarias.

Acto seguido le exigió que le acompañara a un cajero automático de donde extrajo 750 euros, marchándose del lugar aportando la denunciante descripción física del autor, informado al mismo tiempo que esta persona realizó compras en otra tienda de la localidad con las mismas tarjetas.

Los agentes, con todos los datos recabados, establecieron un dispositivo de localización y detención del presunto responsable en las inmediaciones, sin lograr localizarle.

Sin embargo, un agente en la estación de autobuses de la ciudad prendas que correspondían con algunas de las utilizadas por el presunto responsable, informa la Policía Nacional en una nota de prensa.

El grupo local de policía judicial de la Comisaría de Mérida se hizo cargo de la investigación con gestiones e indagaciones, como la toma de declaración de posibles testigos, victimas y un minucioso estudio de imágenes de videograbación de la zona, que permitieron identificar plenamente al responsable del hecho.

Posteriormente repararon en una denuncia realizada en la misma comisaría y fecha, en la que una mujer denunciaba el hurto de una tarjeta de crédito en su domicilio, mientras este se encontraba abierto y con la que el investigado trató, momentos antes del robo en el establecimiento, extraer dinero del mismo cajero.

Los agentes verificaron que el responsable se encontraba ingresado en la Prisión de Villabona (Asturias), y que durante el periodo en el que se cometieron los hechos estaba disfrutando de un permiso penitenciario, por lo que los investigadores procedieron a la imputación de los delitos de robo con violencia e intimidación, hurto y estafa.

Por todo lo anterior y tras la tramitación del pertinente atestado, se dio cuenta de todo lo actuado a la autoridad judicial, siendo imputado un varón de 35 años de edad, que cuenta con antecedentes anteriores y que se encuentra actualmente ingresado en prisión por otros hechos delictivos.