Las obras expuestas expresan la visión de cada uno de los pintores sobre la granada, el símbolo que representa a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios desde que su fundador, Juan Ciudad, comenzara la labor de cuidar y curar a las personas enfermas y sin recursos en la ciudad de Granada, hace casi 500 años, ha informado la organización en una nota de prensa.
El consejero provincial de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios de España, José Miguel Valdés Grande, ha resaltado en la presentación de la exposición que "cuando somos capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos, somos capaces de hacer un mundo mejor. Por eso, a todas las personas que están colaborando, desde el Ateneo hasta los pintores que han donado sus obras en beneficio de San Juan de Dios, se lo agradezco profundamente, porque van a conseguir quizá, una sonrisa más; quizá, una pena menos. Y eso es hacer un mundo mejor".
Por su parte, el hermano Superior de la Ciudad San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra, Juan Manuel López Rubio, ha manifestado, refiriéndose a los autores de las pinturas, que "con vuestra ayuda, hacéis posible que sigamos ayudando a nuestros niños, a buena parte de las familias y a otras tantas familias de nuestro entorno". El gerente del centro, Esaú Pérez, ha agradecido la colaboración a los artistas por su implicación en esta causa, que pretende favorecer las condiciones de vida de las personas que atienden diariamente en Alcalá de Guadaíra.
Los pintores que han colaborado en esta muestra son Carmen Laffón, Regla Alonso Miura, Rosalía Martín Franquelo, Lourdes Cabrera Martínez, Mercedes Pérez de Prado, María Victoria Hernández Díaz, Macarena García de tejada, Sabino Moreno Muñoz, Chema Rodriguez, José Luis Mauri, Daniel Bilbao Peña, Juan José Gómez de la Torre, Juan Antonio Huguet Pretel, Javier Pérez Begines, Luis Manuel Fernández, Justo Girón, Emilio Díaz Cantelar y Antonio Agudo.
Actualmente, son 325 usuarios, entre mayores y pequeños los que, a diario, habitan la Ciudad de la Orden, que cuenta el colegio de Educación Especial, la unidad de día y la residencia, estos dos últimos dispositivos dedicados casi en su mayoría a adultos con discapacidad. Además de recibir asistencia y atención educativa, muchos usuarios requieren atención social, ya que no tienen familia o proceden de familias con escasos recursos económicos o desestructuradas.
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