Las grandes superficies no son una panacea para la ciudad.

Así de contundentes se mostraron ayer los responsables de la Agrupación Vallisoletana del Comercio (Avadeco) al asegurar que estos centros no sólo perjudican al comercio local sino que además les cierran sus puertas.

En concreto, han de abonar entre 6 y 8 euros por metro cuadrado de comunidad, a lo que se suman otros 40 euros, de media, por el alquiler, informaron desde Avadeco.

A los grandes operadores, esta situación les afecta menos, porque al final pierden en una ciudad pero compensan con otra e, incluso, cierran acuerdos de tarifas nacionales para que les salga más rentable.

«Por eso siempre vemos las mismas tiendas en todas las grandes superficies», explican. «

El problema es que con la crisis y el aumento desmesurado del número de recintos de este tipo, no se llenan», subrayan.

En la segunda provincia con más población de la comunidad, el León Plaza sólo tiene ocupados el 40% de los establecimientos.

Las cuentas de la lechera

Ese problema de falta de operadores afecta también al número de empleos que se generan. «Dicen que Inter Ikea creará 1.900 empleos, pero habrá que verlo.

Calculan 325 puestos de trabajo en la tienda de muebles, de los que 217 serían fijos, con lo que los otros 1.600 empleos hay que repartirlos entre los 110 locales que la acompañarán.

El resultado es que cada tienda contrataría 15 empleos, de media, algo difícil de crear», aclaró García Pellitero.

Desde Avadeco insistieron en su oposición a la gran superficie de Inter Ikea, que no a la tienda de muebles, y aseguraron que si al final se abre en Valladolid destruiría 2.500 empleos del comercio local.

«Las únicas grandes superficies que son positivas son las que se instalan en núcleos urbanos, no a las afueras», matizaron.

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